Crónicas de la Era K-pop es el título de la nueva novela del escritor Fernando San Basilio. Este autor nacido en Madrid en 1970 ya había publicado con anterioridad las novelas Curso de Librería o Mi gran novela sobre La Vaguada y El joven vendedor y el estilo de vida fluido. El crítico Carlos Pardo calificó a este autor como un maestro de la frase deliberadamente menor, en la que “el chiste convive con la amargura sin hacerla más digestible.” Pero centrémonos ahora en su nuevo trabajo. En este híbrido entre la crónica periodística y la novela nos encontramos con el personaje de Fernández, un tipo que ha viajado a Corea del Sur para escribir una serie de artículos de fondo sobre la burbuja del café en ese país. Su visita está motivada además por la celebración de la Gran Feria Internacional del Café de Seúl. Sin embargo la Feria concluye y el cronista encuentra o se inventa motivos para permanecer en Corea del Sur. Ante el asombro de una empleada –siempre la misma- de la Agencia Favorecedora de la Economía de la Internacionalización de la Economía Coreana
que le conmina a cerrar las fechas de su billete de vuelta, Fernández aduce problemas de salud, la posibilidad de una guerra con los vecinos del norte, el florecimiento de los cerezos o incluso el cumpleaños de Buda.
En su prolongada estancia, Fernández nos describirá la excesiva, algo histriónica o extravagante, Corea del Sur de nuestros días, mecida por la música pop, las luces de neón y cierto frenesí consumista que lleva a parte de la sociedad a pagar precios desorbitados por un café. El café, el mundo de las cafeterías, del grano importado es un asunto que a mí nunca me ha interesado mucho y en el que el autor se detiene ampliamente. Sin embargo, sus observaciones, originales y agudas; su mirada, quizá involuntariamente lúcida, y su filtro irónico hacen que esas disquisiciones sobre el mundo del café resulten interesantes y entretenidas. En realidad, a través del análisis de un sector tan concreto como ese, San Basilio refleja una forma de vida en la que las locas e inexplicables leyes del mercado tienen una incidencia nada desdeñable.
Estamos, por tanto, ante una novela de punta de vista narrada, me ha resultado curioso, en primera y tercera persona. Pero Fernández nunca de ser alguien tan divertido y atenido en sus observaciones como podría ser Julio Camba, tan alocado como el protagonista de Sin noticias de Gurb, de Eduardo Mendoza, tan solitario y entrañable como uno de los personajes de Javier Tomeo y, ¡cuidado!, tan certero algunos de sus análisis que tampoco andaría muy lejos del genial cronista Chaves Nogales. Todo gangnam style, eso sí. Crónicas de la Era K-pop tiene además en su galería de personajes secundarios, originales e inolvidables, uno de sus mayores atractivos, junto a la tremenda reflexión final, que no vamos a adelantar, por supuesto. Leed este libro y no podréis pedir un cortado sin acordaros de él. Merece la pena.
Txani Rodríguez
