Sara Morante, el magnífico debut literario de la ilustradora

A Sara Morante la conocíamos desde hace tiempo en su faceta de ilustradora. Dueña de un gran talento ha recibido, entre otros, el Premio Nacional Arte Joven Pancho Cossío y el Premio Euskadi. Muy demandada por las editoriales, su extraordinario trabajo en el terreno de la ilustración ha sido prolijo y alabado. Sin embargo, acaba de sorprendernos al irrumpir en la narrativa de la mano de la editorial Lumen con una novela coral titulada La vida de las paredes. Se trata de un libro de tapa dura, portada exquisita y factura impecable que, sin duda, llamará la atención y mucho, en las mesas de novedades.

En su debut narrativo, Morante nos traslada a una ciudad industrial del norte, a comienzos del siglo XX. Los protagonistas de la historia son los inquilinos de un edificio “que se levantaba por encima de tejados y chimeneas y estaba custodiado por cuatro gárgolas de piedra”. LIBRO La vida de las paredesEn su interior nos encontramos con una original galería de personajes: la propietaria del caserón, rentista, pianista diletante, enamorada de una violonchelista; una funambulista inválida y herida de abandono; un matrimonio desdichado; una costurera famélica; un paragüero voyeur; la pareja encargada de la portería, entre otros. La vida de las paredes nos muestra cinco días de las vidas de esta peculiar comunidad de vecinos, y en ese tiempo seremos testigos de sus secretos, frustraciones, temores, anhelos y, sobre todo, de sus soledades. La soledad planea, de hecho, sobre toda la historia.

El punto de vista escogido por la autora está levemente alterado aunque no se despega de la realidad. Pero ya sabemos que hay miradas que cambian la naturaleza de las cosas y que, por ejemplo, pueden hacer que parezca que las gárgolas amenazan en la oscuridad, o que los retratos se deslizan por las paredes. La prosa, cuidada al máximo, contribuye de forma decisiva a la creación de la atmósfera que envuelve el texto. La escritura de Morante es muy plástica, gráfica, y alcanza la excelencia en la recreación de los detalles en las descripciones de objetos, espacios y personas. Hay en esta novela sillas isabelinas, tejidos de color azul Prusia, sombrillas de seda y caña…

La vida de las paredes incluye también treinta ilustraciones maravillosas que realzan y completan la historia. Dibujos con una capacidad de sugerencia enorme que cuentan más de lo que muestran. Como decía al principio, es tan hermosa la edición que podemos decir que estamos ante un libro-objeto, que huele a tinta y a literatura, que recuerda la delicadeza de otros tiempos. Un debut, el de esta cántabra afincada en Hendaia, que nos abre las puertas de un viejo caserón para que los lectores seamos quienes descubramos los secretos y los tesoros de sus estancias, las zonas en penumbra y las más luminosas, la fantasía que habita siempre en la realidad.

Txani Rodríguez

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