Iban Petit, una sugerente nueva voz literaria

Para un escritor que debuta no es nada fácil desarrollar su propia voz. Ha habido tantas lecturas previas –suponemos-, tantos estímulos literarios alrededor, tantas opiniones, tantas reflexiones, compartidas ó no, tantas influencias, que uno puede llegar a no saber dónde empieza “lo propio” y donde empieza “lo aprehendido”. No quiero decir con esto que debamos ser impermeables a lo que tenemos a nuestro alrededor (¡qué sería de nosotros si no supiéramos extraer lo que consideramos mejor de los demás!), sino que se hace preciso ser muy juicioso a la hora de escoger la forma de contar lo que queremos contar para no caer en la necesidad de epatar que muchas veces conduce al ridículo ó la soberbia.

Digo todo esto porque el debut del donostiarra Iban Petit con Anotaciones circulares es un debut peliagudo en el que se juega con fondo y forma de manera muy arriesgada. Petit ha escrito una novela íntima trufada de referencias literarias y musicales. Una novela que indaga en las preocupaciones y angustias del hombre y la mujer contemporáneos. ¿Por qué hacemos lo que hacemos? ¿Por qué nos empeñamos a veces en conducir nuestras vidas por caminos que nos llevan al tedio y la insatisfacción? ¿Por qué no somos capaces de luchar por acercarnos aunque sea mínimamente a la felicidad? A veces estamos tan encerrados en nosotros mismos que somos incapaces de ver lo que nos sucedeLIBRO Anotaciones circulares y ni siquiera somos conscientes de que alrededor puede haber personas que nos quieran ayudar.

Hay dos protagonistas en esta novela y los dos son personajes aparentemente antagónicos. Marcos Amable trabaja de asesor fiscal, aunque a él lo que le gusta es escribir, escribir sus “anotaciones circulares” en su libreta-diario. Su vida pasa, literalmente pasa, se pierde en el sumidero de los días: trabajo, comida con los padres, un baño en la playa al atardecer, charlas con su amigo Julián y borracheras poco escandalosas antes de llegar a casa y derrumbarse sobre la cama. Alline Parker es todo lo contrario. Es artista y siempre ha querido serlo, aunque para ello tenga que vender su cuerpo de vez en cuando. Pero se encuentra bloqueada ante el que es el gran reto de su carrera, presentar su obra, sus cuadros, en una Bienal importante. Entonces los dos se encuentran, de una manera poco convencional, pero se encuentran. Y se enamoran, y se abren las esclusas de la soledad, y se derraman uno sobre el otro, y se empapan de la fuerza del otro. Marcos comprende que debe dar un giro a su vida. Alline encuentra el camino hacia su mundo creativo.

Petit podría haber seguido así hasta el final, para contar una hermosa e intimista historia de amor y desamor. Una historia con final feliz ó una historia infeliz pero edificante, tipo “hay-que-salir-de-uno-mismo-y-arriesgarse-para-encontrarse-con-el-otro-y-tener-una-oportunidad”, ó algo parecido. Y le habría quedado estupenda, porque su estilo no es nada cansino, porque utiliza frases cortas que dan un ritmo acompasado a lo narrado, porque tiene una predisposición natural hacia un lirismo evocador, porque juega muy acertadamente con los cambios del punto de vista narrativo sin que en ningún momento parezca impostado. Y sin embargo Petit no ha querido ser convencional y ha decidido dar un triple salto mortal. Y le ha salido estupendo.

A mitad de la novela Petit decide introducir un elemento aparentemente fantástico, el de la teoría del otro, la teoría del doble. Y la cruza con un elemento dramático de primer orden, la muerte. Y tras la muerte la posibilidad del reencuentro, ó -¿tal vez?- la locura. Y un narrador que… ¿quién es el narrador al final?

¡Qué cantidad de sugerencias, de cruces de caminos! ¡Qué inteligente dejarle al lector que reconstruya el puzle a su medida! Y encima con buena música de fondo (Belle and Sebastian, The Pixies, Josh Rouse, La Buena Vida…) y con lecturas apetecibles que resuenan (Bronsky, Ángel González, Raymond Carver, D.H. Lawrence…). Nos ha gustado mucho el debut de Iban Petit, que es el debut también de la editorial Ediciones Polares. Larga vida literaria a ambos.

Enrique Martín

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *