Tiene Juan Bas una larga trayectoria de novelista cercano al género negro. Quizá nunca lo ha tratado en estado puro, pero en muchos de sus trabajos desde los cuentos de La taberna de los tres monos hasta Ostras para Dimitri, pasando por Alacranes en su tinta (sin duda su mayor éxito hasta la fecha), La cuenta atrás y Voracidad, se pueden encontrar rastros del género en diferentes porcentajes. Pero ahora Juan ha caído de cabeza en la especialidad con Pájaros quemados, una novela coral que va directamente al grano y obliga a una lectura compulsiva hasta terminar las doscientas páginas que ocupa.

Empieza de manera clásica con un delincuente saliendo de la cárcel por un permiso de fin de semana que es recibido en la puerta por un colega que le promete grandes emociones en las horas que tiene de libertad. El lector ya sabe que acabarán armando una gorda. Y van apareciendo un cura pederasta, una prostituta amenazada, unos gitanos vengadores, una familia marroquí que va de vacaciones a su tierra, una directora de banco agobiada por su comportamiento con las preferentes, una política que se lanza a la carretera huyendo de un error y con la intención de chantajear al partido, un tabernero a quien persigue la mala suerte y un loro, entre otros muchos personajes. Enumerados así parece la lista de los tópicos del género, pero tratados como están, con su punto de originalidad y mala leche resultan tener una fuerza y una presencia inolvidables.

Aquí cada personaje se comporta como se espera de él, habla como nos imaginamos, pero un poco mejor, sus frases y sus actos tienen tal repercusión, son tan memorables que uno acaba sorprendido de la perfección alcanzada por Juan en la elaboración de esta novela. Y además tiene la virtud de que, a pesar de que el lector espera las sorpresas habituales, el autor le sabe pasmarle frecuentemente. Hay en esta novela algo de los clásicos: las frases cortantes de Hammett, las explosiones de violencia de Leonard, el cinismo de Thompson, el humor de Westlake. Y el lector se muestra exultante viviendo estas aventuras y se descubre avergonzado riéndose de alguna barbaridad.

Es Pájaros quemados, quizá, la mejor novela de Juan Bas, un descubrimiento y, quizá, un camino por el que seguir transitando, aunque no preguntaremos por la secuela porque muchos de los personajes que aquí aparecen, lo sentimos, nunca podrán presentarse en otra novela a no ser que se trate de una precuela. Así que disfruten de ellos antes de que los maten.

Félix Linares