Demasiados bolÃgrafos emborronando cuartillas, demasiados pinceles pintando lienzos, demasiados teclados humeantes, demasiados fotógrafos, diseñadores, cineastas, poetas, músicos, actores, restauradores… Como las rock-stars de los setenta, la cultura se ahoga en su propio vómito.
Roberto Moso