El Tocho. El amante de lady Chatterley y de D.H. Lawrence

LIBRO El amante de lady ChatterleyLa nuestra es esencialmente una época trágica, así que nos negamos a tomarla por lo trágico. El cataclismo se ha producido, estamos entre las ruinas, comenzamos a construir hábitats diminutos, a tener nuevas esperanzas insignificantes. Un trabajo no poco agobiante: no hay un camino suave hacia el futuro, pero le buscamos las vueltas o nos abrimos paso entre los obstáculos. Hay que seguir viviendo a pesar de todos los firmamentos que se hayan desplomado.

Esta era, más o menos, la posición de Constance Chatterley. La guerra le había derrumbado el techo sobre la cabeza. Y ella se había dado cuenta de que hay que vivir y aprender”.

Este es el comienzo de El amante de lady Chatterley de David Herbert Lawrence, la última de las novelas que publicó en su breve vida este controvertido escritor inglés, hijo de un minero, y si no la mejor, sin duda la más famosa y polémica de todas ellas. Tanto como para ser prohibida en Inglaterra y los Estados Unidos, países de acendrada tradición puritana, que vieron con escándalo como se expresaban en esta novela ideas absolutamente libres sobre el sexo.

La acción se sitúa en 1920. Lady Chatterley está desposada con Clifford un aristócrata inglés herido en la primera guerra mundial y reducido a vivir en una silla de ruedas. La relación entre ambos es cercana, pero platónica en el terreno sexual. Y Constance, volcada en el apoyo intelectual y afectivo a su marido que desea triunfar como escritor, es apenas consciente de su insatisfacción. Hasta que conoce a Mellors, el guardabosques, hombre huraño e independiente que acaba de dejar una tormentosa relación. Su atracción es casi inmediata, y Constance conocerá junto a Mellors, bajo el abrigo del bosque, la plenitud del amor físico.

Contado así, el argumento parecería el de una novela erótica al uso (si acaso un poco más atrevida de lo habitual, al saltarse los amantes la rígida división social de la época), pero nada que ver con la realidad. El amante de lady Chatterley es, sobre todo, una novela de ideas, donde D. H. Lawrence expone su visión del sexo como una fuerza regeneradora, imprescindible para gozar de una vida satisfactoria y plena.

Lawrence demuestra, además, su clarividencia en 1928, año de publicación de la novela, al arremeter en ella contra la civilización industrial y su idea subyacente de crecimiento ilimitado. Según el autor, este énfasis en el productivismo y la acumulación, impide el goce pleno del cuerpo y de la vida. Por eso Mellors, el guardabosques, dice en cierta ocasión que “vivir y gastar no significa lo mismo!… Si los hombres pudieran bailar y saltar y brincar y cantar y presumir de ser hermosos, se conformarían con poco dinero…

Aunque en ocasiones pueda resultar algo prolija, la obra no solo es valiosa por afirmar la importancia de la sexualidad, sino por esta visión alternativa de la vida, más respetuosa con la naturaleza, que resulta tan actual en nuestra época de crisis ecológica global. Hasta finales de los 50 no se levantó en los países anglosajones la prohibición a esta novela, subyugante y provocadora, pero desde entonces se ha convertido rápidamente en un clásico. Hablamos de El amante de lady Chatterley de D. H. Lawrence.

Javier Aspiazu

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