El comictario. La casa de Paco Roca

COMIC La casaPaco Roca, el gran autor valenciano, ha vuelto a conseguirlo. Ha publicado un nuevo cómic y ha añadido otro eslabón a la maravillosa cadena de la memoria que viene construyendo desde hace años. Todo empezó con Arrugas, la inolvidable obra sobre la vejez y el alzheimer. Luego llegó El invierno del dibujante, la apasionante historia de los autores de tebeos en la España franquista. El siguiente paso fue Los surcos del azar, la vibrante y dolorosa epopeya de los españoles que perdieron la Guerra Civil pero nunca dejaron de soñar con la libertad. Y ahora, Paco Roca sube otro peldaño en su ruta de la memoria con La casa, novela gráfica que recoge sus recuerdos de infancia y, sobre todo, es un sentido y sincero homenaje a su padre fallecido.

La casa es esa segunda vivienda que, durante los años 70 y 80 del pasado siglo, millones de familias de clase media se las arreglaron para tener en la costa o en el interior, a pesar de que los salarios no daban para lujos. Es por ello que casi nadie se hipotecó y gran parte de aquellos “chaletitos” fueron construidos por las propias familias durante los fines de semana y las vacaciones, con el padre como capataz y los hijos acarreando cemento, tejas, ladrillos y baldosas. En incontables ocasiones no tenían ni licencia para levantar la vivienda, pero se pagaba una multa asequible y las obras seguían adelante.

La casa de Paco Roca fue una de esas, edificada sobre el típico terreno de Levante, con el sol y la luz del Mediterráneo garantizados, el sonido ambiente de las chicharras y el aroma de los árboles frutales. Un pequeño microcosmos en el que pasaban cosas cotidianas y aparentemente irrelevantes, pero que con el paso del tiempo y a la hora del recuerdo se revelan como momentos importantes, incluso trascendentales, de nuestras vidas.

Los protagonistas de esta novela gráfica son tres hermanos, Vicente, José y Carla que, con sus respectivas parejas, se reúnen en la casa de veraneo un año después de la muerte de su padre. El objetivo es vender la propiedad, pero el regreso al lugar donde vivieron tantas experiencias provoca una catarata de recuerdos y también un agrio cruce de reproches. Y como telón de fondo, el recuerdo que cada uno tiene de su padre, el típico hombre siempre ocupado, que quizá no supo mostrar cariño pero al que todos echan de menos y se preguntan por qué se dejó morir.

Otra bella historia firmada por Paco Roca, que vuelve a hacer gala de su maestría para convertir los sentimientos en viñetas. No dejéis de habitar La casa, un cómic magnífico publicado por la editorial Astiberri.

Iñaki Calvo

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