De un dÃa para otro lo puso todo patas arriba.
Dio una patada a su vida
Se abandonó a su suerte
Disfrutó cuanto pudo
Agujereó sus naves.
Naufragó con ellas.
Y convirtió sus dÃas en un vÃa crucis
Asà que la muerte se convirtió en un deseable descanso.
El no lo sabe.
Pero lo hizo precisamente para eso.
Roberto Moso