Los raros. El Ubú de Alfred Jarry

LIBRO Ubu ReyTras el preludio de una música de demasiados metales para ser menos que fanfarria, y que es exactamente lo que los alemanes llaman una “banda militar”, el telón descubre una decoración que quisiera representar Ninguna Parte, con árboles al pie de las camas y nieve blanca bajo un cielo muy azul, dado que la acción discurre en Polonia, país suficientemente legendario y desmembrado para ser esa Ninguna Parte o, al menos, según una verosímil etimología franco-griega ni con mucho alguna parte interrogativa…. Ninguna Parte está en todas y, en primer lugar, en el país donde nos encontramos, motivo por el cual Ubú habla francés”.

Así comienza la presentación de Ubú Rey, de Alfred Jarry. Estrenada a fines del año 1896 con división de opiniones, la mitad del público abucheándola y la otra aplaudiéndola entusiasmado, esta divertida sátira del abuso de poder escrita por el bretón Alfred Jarry fue el precedente necesario para todo el teatro de vanguardia del siglo XX. Ni el teatro del absurdo de Ionesco, ni el surrealismo hubieran sido posibles sin esta obra, cuyo personaje protagonista: el padre Ubú, gordo, sucio, grosero, cobarde, cruel, ávido de riquezas y poder, fue para unos la encarnación del burgués medio, con todos sus defectos y nulas virtudes, y para otros, el vehículo para una crítica de todas las mentiras de la sociedad de su tiempo. Como muchos observaron, el argumento recuerda al Macbeth de Shakespeare, aunque llevado a extremos grotescos:

Después de haber sido rey de Aragón, Ubú es capitán de dragones en el ejército polaco. Su mujer le anima a asesinar al rey de Polonia, Venceslao, para hacerse con el poder. Algo que lleva a cabo sin dilación, pero Bugrelao, el hijo del rey y su madre logran huir. El padre Ubú se convierte en un rey despótico dispuesto a asesinar a todos sus nobles para despojarles de sus riquezas y a torturar a quien se resista con los métodos más jocosos. Sus innumerables tropelías provocan, al fin, la revuelta del pueblo y la guerra con Rusia. Tras ser derrotado por los rusos y sobrevivir al ataque de un oso, Ubú consigue escapar de regreso a Francia donde intentará hallar nuevas oportunidades para detentar el poder.

Por lo que al lenguaje se refiere, la decidida voluntad de Jarry de parodiar toda la tradición teatral, se aprecia en la abundancia de diálogos gamberros, situaciones jocosas y retruécanos, que acabaron por hacerse célebres. La puesta en escena fue también innovadora y se apartó del realismo imperante en la época. El propio autor propuso máscaras y un vestuario insólito para su protagonista, que con el tiempo se hizo muy popular. Lo cual propició la continuación de la saga. Jarry escribió otras dos obras más con el mismo personaje y distinta temática: Ubú cornudo y Ubú encadenado. La última de ellas especialmente notable porque el protagonista, dispuesto esta vez a desvelar las contradicciones de una sociedad democrática, se ofrece como esclavo viviendo en la Francia libre. En fecha tan lejana como 1980 la editorial Bruguera publicó todas las obras en un solo volumen: Todo Ubú. Si lo encuentran, además de afilar su sentido crítico leyéndolas, les aseguro que se lo pasarán en grande.

Javier Aspiazu

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