El comictario. Los pies descalzos de Keiji Nakazawa

Hace cuarenta y tres años la sociedad japonesa vio sacudida su memoria y su conciencia al publicarse las primeras páginas de Pies descalzos, un manga protagonizado por un niño que sobrevive a la explosión de la bomba atómica en Hiroshima. El cómic era la historia real de su autor, Keiji Nakazawa, un dibujante natural de Hiroshima que tenía 6 años cuando explotó la bomba atómica y que vivió para contarlo. Sólo se salvaron él y su madre. Su hermana, su hermano y su padre fueron tres de las casi 100.000 personas que murieron de forma instantánea por la explosión y el fuego nuclear.

Tras mudarse a Tokio, Nakazawa comenzó su carrera como autor de manga sin hacer ninguna mención a lo ocurrido en Hiroshima. COMIC Pies descalzosY así se mantuvo hasta 1966, año en el que murió su madre después de una larga enfermedad. Al recoger las cenizas en el crematorio comprobó que no había ningún resto de los huesos, porque estaban corroídos por el cesio radiactivo y se habían desintegrado. En el prólogo del cómic Nakazawa reconoce que la ira le desbordó y que comenzó a dibujar mangas sobre la bomba atómica para vengar a su madre. Primero fueron varias historias breves y luego una pequeña autobiografía de 45 páginas titulada Yo lo vi. Su editor le convenció para hacer una obra más extensa con sus recuerdos y así, en 1972, comenzó a dibujar Pies descalzos, considerado como uno de los mejores cómics de la historia y lectura obligada para no olvidar nunca los horrores de la guerra.

Su protagonista es Gen, un niño que sobrevive a la bomba de Hiroshima, es testigo de la muerte de su padre, una de sus hermanas y un hermano y se enfrenta a un mundo en el que todo es dolor y destrucción y en el que las víctimas de la bomba sufren el rechazo del resto de japoneses. Obligado a cuidar de su madre, y de su hermanita recién nacida en medio del horror, Gen se convierte en un auténtico símbolo de la voluntad y la lucha por la vida. Sus pies descalzos recorren incansables las ruinas de Hiroshima en busca de agua y comida, rodeado por personas agonizantes que piden ayuda con los cuerpos abrasados por la radiación.

La verídica descripción de los hechos y la certeza de que quien los cuenta fue testigo y protagonista añade aún más dramatismo a un relato que, aunque contiene un claro mensaje de esperanza, hiela el corazón y nos hace más conscientes que nunca de la locura de la guerra. Pies descalzos es una magna obra, un cómic de más de 2.500 páginas publicado en cuatro tomos por la editorial Debolsillo y que debería estar en las librerías de todos los hogares. Por favor, no os lo perdáis.

Iñaki Calvo

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