Si he perdido la vida, el tiempo, todo
lo que tiré, como un anillo, al agua,
si he perdido la voz en la maleza,
me queda la palabra.
Si he sufrido la sed, el hambre, todo
lo que era mÃo y resultó ser nada,
si he segado las sombras en silencio,
me queda la palabra.
Si abrà los labios para ver el rostro
puro y terrible de mi patria,
si abrà los labios hasta desgarrármelos,
me queda la palabra.
En el principio, asà se titula este poema escrito por Blas de Otero. Nació el 15 de marzo de 1916 en Bilbao, y estos dÃas se está recordando su trabajo por cumplirse el centenario de su nacimiento. No tuvo una infancia fácil, y tampoco una vida fácil. Las muertes de su hermano y su padre le afectaron mucho, y cambiaron su vida. Fue fundador de varios grupos poéticos. Se define a Blas de Otero como un poeta social, que lo fue, pero su poesÃa tuvo diferentes fases hasta llegar a la poesÃa social que es la más conocida. Su época religiosa, la existencial, y tras ellas llegó la poesÃa más social. Estos dÃas quien pare en la estación de metro de las Siete Calles de Bilbao encontrará el poema Pido la paz y la palabra en euskera y castellano.
Goizalde Landabaso
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