Emmanuel Grand y la emigración explotada

Esta es, posiblemente, la mejor novela que he leído este verano. He leído poco, es cierto, y quizá no muy acertadamente, pero ya está hecho, no podemos lamentarnos por ello. Casualmente es una novela negra, o mejor una novela que aparece en una colección de novela negra, así que aceptaremos la definición. Claro que habla de otras muchas cosas, como las buenas novelas negras. Hay que añadir que se trata de un autor no publicado por aquí antes, o al menos desconocido para mí, y hay que sumar a la opinión el síndrome del descubrimiento: “ah, mira un autor nuevo, y es bueno, y lo he descubierto yo solito”. Sirva todo esto para que pongan en cuarentena mi opinión. Bien, al grano.Final de trayecto_135X220

Final de trayecto es la historia de un migrante, alguien que huye de un lugar malo y cree que puede encontrar una vida mejor en un sitio que no conoce. Y allí se va, camino a la aventura, quizá a la muerte porque para empezar este buen hombre tiene un conflicto con los gánsteres que le pusieron en camino y esta gente del hampa siempre cobra las deudas. Y se encuentra en un lugar donde la vida también es dura, donde un extranjero en un sistema cerrado es, en principio, sospechoso, y donde ocurren cosas tan extrañas que parecen sobrenaturales. No voy a decir ni una palabra más sobre lo que cuenta esta novela porque siempre hay que mantener cierta posibilidad de sorpresa, pero si comentaré el buen trabajo del autor con materiales no necesariamente nuevos.

Grand plantea su novela desde la sencillez: presenta a los personajes de forma muy efectiva, cuenta sus peripecias iniciales con una gran rapidez, los desperdiga sobre el mapa, va añadiendo otros personajes con sabiduría y tiene los misterios planteados para la página cincuenta. Incluso añade personajes y hechos que no serán relevantes en la acción, como el comisario que se jubila, que promete más de lo que ocupa. Todo ello puntuado por sobresaltos nada impostados, el encuentro del protagonista con los policías en la calle, y algunos momentos de humor tarantiniano. Pocos, sin abusar, su plan es otro. Su plan es retratarnos una situación actual de explotación, de manejos, de supervivencia, algo que se cuenta todos los días en las noticias. Sin embargo me parece que aquí hay mas verdad que en esos textos repetidos todos los días sobre los problemas de los migrantes, sobre las dificultades de diferentes industrias tradicionales en trance de extinción, del mal rollo que se crea cuando la vida no va bien, de esos tipos de hacen dinero con las desgracias de los demás.

Hay muchas cosas interesantes en Final de trayecto. Y están muy bien contadas. Punto.

Félix Linares

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