Paula Porroni: desolación del presente y vacío ante el futuro

Este es uno de los libros más desoladores que he leído en los últimos tiempos. Habla de las derrotas cotidianas y de la imposibilidad de salir de los agujeros a los que nos vemos arrastrados muchas veces sin remisión. Habla también de la cobardía, de la falta de coraje, de horizontes sin esperanzas y de destinos autocumplidos casi, casi, desde la cuna. Esta es una novela breve que descubre a una escritora argentina debutante, Paula Porroni (1977), que estudió Letras en la Universidad de Buenos Aires, completó su formación en Cambridge y Nueva York y vive en Londres, una novela que seguramente tiene algo de autobiográfico.

La historia la protagoniza una joven argentina, de la que desconocemos su nombre, que vuelve a Inglaterra, donde estudió en una prestigiosa universidad, para hacer el curso de posgrado que no se atrevió a realizar en su momento. El problema es que ha pasado demasiado tiempo, se ha hecho mayor, está desengrasada y la competencia es feroz. Además su madre viuda la presiona desde Argentina para que vuelva al hogar, para que permanezca a su lado y deje de perseguir sueños inalcanzables. Parece una mujer odiosa, y lo es, preocupada solo por su bienestar y por mantener su estatus de mujer madura de clase alta, plibro-buena-alumnaero poco a poco nos damos cuenta de que conoce muy bien a su hija, de que sabe que será incapaz de conseguir lo que dice que logrará. La joven mientras tanto, sobrevive con el poco dinero que le da su madre y con el sueldo que obtiene por empleos sin ninguna cualificación: ayudante en una librería, pinche en un restaurante de comida rápida… Siempre cambiando de casa, de habitación en habitación, cada vez en lugares más cutres, cada vez en espacios más reducidos y empobrecidos. Como se dice en la novela en un “mundo dividido desde siempre en dos clases de personas, los huéspedes y los anfitriones”. Siempre enviando además su currículum a las universidades que la rechazan con palabras corteses, pero contundentes. Y en ese momento aparece Anna, su amiga argentina de la infancia, que hizo el mismo periplo que ella, pero que no tiene problemas económicos, porque su familia tiene dinero “de verdad” y porque se ha casado con Thomas, un profesor universitario muy prometedor. Esa relación que sabemos tóxica desde el minuto uno, la ata a un pasado que ya no volverá, que le impide dar los pasos que necesita la protagonista para liberarse. Y que le llevará a tomar una decisión increíble pero previsible, ante una oportunidad de salvación que le abre una pequeña universidad del norte de Inglaterra sin pasado, pero con futuro, aunque sea incierto.

Una novela demoledora que describe la inutilidad de algunas vidas que se mueven en la “sintonía del rencor”. Vidas de perdedores, de personas sin ambición, que se conforman con decirse a sí mismas que pertenecen a familias “sin suerte”. Es impresionante el retrato psicológico que Paula Porroni hace de su protagonista, esa joven que busca un futuro improbable (que sabe improbable) y que se autolesiona para sentir algo, aunque sea dolor, en una vida vacía. Y es impresionante también el retrato de un mundo en crisis, sin empleo y sin perspectivas, por el que se mueven como sombras en pena miles de jóvenes, en busca de un resquicio de esperanza que no encontrarán en este mundo inmisericorde, consecuencia del capitalismo más codicioso, depredador y sin corazón que nos hayamos podido imaginar jamás. Un debut realmente deslumbrante a pesar de la devastación que retrata. O quizás por ello.

Enrique Martín

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