El comictario. Lorca en Nueva York, según Esquembre

El pasado mes de Agosto se cumplieron 80 años del asesinato de Federico García Lorca. El gran poeta granadino fue fusilado por las tropas franquistas un mes después del golpe militar que derivó en la Guerra Civil. Su condición de intelectual, hombre de izquierdas, supuesto espía de los rusos y, además, homosexual, fueron motivos suficientes para arrancarle la vida. Le mataron con sólo 38 años, pero Lorca dejó un legado inmortal. Muchos han sido los actos de recuerdo y homenaje a García Lorca celebrados este año, y entre ellos habría que incluir el cómic que hoy nos ocupa, de título bien significativo: Lorca. Un poeta en Nueva York. Lleva la firma del joven autor catalán Carles Esquembre que, tomando como referencia una de las obras cumbre del poeta de Fuente Vaqueros, elabora un extraordinario relato sobre su famoso viaje a la ciudad de los rascacielos.

En la convulsa España de 1929, bajo la dictacomic-lorca-un-poeta-en-nueva-yorkdura de Primo de Rivera, el catedrático y destacado líder socialista Fernando de los Ríos viaja a Nueva York y lleva de acompañante a Federico García Lorca, el brillante poeta que acaba de triunfar con la publicación del Romancero Gitano pero que atraviesa una profunda crisis existencial. Realizan el viaje a bordo del trasatlántico Olympic, gemelo del Titanic, y a su llegada al puerto neoyorkino son recibidos por algunos de los intelectuales que años después se verían forzados al exilio tras la guerra civil: Federico de Onís, Ángel del Río y Gabriel García Maroto. En su compañía y en la de Colin, un amigo de juventud y alcohol en Granada, Lorca recorrerá las calles de Nueva York, la enorme ciudad que define como “monstruo babilónico“, pero que oculta una gran belleza y enorme atractivo. En la Nueva York de la Ley Seca, Lorca visita numerosos garitos ilegales y frecuenta locales nocturnos en Harlem, donde descubre la magia del Jazz. Es testigo también del crack del 29, y todo ello refuerza su rechazo al capitalismo y las desigualdades sociales que provoca.

Al final de esta historia dibujada, en su despedida de Nueva York, Lorca hace una arenga para seguir escribiendo y dibujando frente a la amenaza de las pistolas. En el epílogo del cómic asistimos a la entrega del manuscrito original de Poeta en Nueva York al editor José Bergamín. Corría el mes de julio de 1936. Pocos días después estalló la Guerra Civil y Lorca fue asesinado. La obra no se publicó hasta 1940, por iniciativa del propio Bergamín exiliado en México. Hoy, 80 años después de aquellos hechos terribles, se publica este cómic, Lorca. Un poeta en Nueva York. Es la primera novela gráfica de Carles Esquembre, pero su dibujo, en maravilloso blanco y negro, la sensibilidad y lo profundo del relato, hacen de este cómic una obra imprescindible, no solo para los amantes del noveno arte, sino también para los de la literatura en general.

Iñaki Calvo

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *