Algún dÃa en algún lugar, ocurrió la siesta perfecta, el silbido perfecto. El directo perfecto, la muerte perfecta, el poema perfecto, el sexo perfecto, la conferencia perfecta, el cuadro perfecto, la canción perfecta, el colocón perfecto. La luna llena perfecta. Y al final, todas esas perfecciones alcanzarán el olvido perfecto.
Roberto Moso