Iván Repila y la deshumanización de nuestro mundo

“¿Quedan pueblos? ¿Queda algún lugar que no esté unido a un lugar más grande? Nuestros nietos conocerán lo que fuimos, lo que tuvimos, por los libros, o como cercas apoderadas por la UNESCO. Imagínalo: a su derecha, un viejo municipio; no lo toquen, que se gasta”. Este párrafo nos sitúa en el escenario de Prólogo para una guerra: una ciudad, parecida a tantas, que ha crecido sin control hasta unirse a otra ciudad primero, y después a otra, y otra y otra. El urbanismo desaforado con el que se alimenta la codicia: asfalto, cemento, coches, ruido y poca alma entre las calles. En esa ciudad, en un espacioso ático que podría representar el sueño de cualquier diseñador de interiores, vive Emil Zarco. Es un arquitecto prestigioslibro-prologo-para-una-guerrao que prepara su encargo más ambicioso. Comparte su éxito profesional con Onna, que lo espera cuando vuelve a casa, que lo admira y lo comprende. Emil Zarco parece el dueño de una vida perfecta.

Sin embargo, pronto descubrimos que la angustia y las pesadillas, el desasosiego y la rabia, se expanden en su interior. En esa misma ciudad vive el Mudo, un hombre que un día decidió dejar de hablar. Enigmático, apesadumbrado y en busca de algo, solo admite la compañía de un perro, y de una chica, Hache, que despierta en él el instinto de protección. Los destinos del Mudo y de Emil Zarco, unidos por el personaje de Onna, están abocados a cruzarse y enfrentarse. Los dos están heridos. Uno no ha podido ser padre y el otro perdió un hijo.

La novela avanza con ritmo decidido hacia el desenlace, que ofrece unas páginas finales memorables: imaginativas, plásticas, muy bien escritas, y que causan cierto impacto. Prologo para una guerra es un distopía que reflexiona sobre lo deshumanizada que está esta sociedad, sobre las distintas maneras de gestionar el dolor y la culpa, y, entendida como una alegoría, sobre la crisis de valores que asola Europa.

Prólogo para una guerra es la tercera novela de Iván Repila, un autor nacido en Bilbao en 1978, que ya había publicado con anterioridad Una comedia canalla y El niño que robó el caballo de Atila, este último título ha sido publicado en Italia, Francia, Reino Unido, Estados Unidos, Corea, Rumanía, Holanda y Japón.

Txani Rodríguez

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