El comictario. Escapar, del canadiense Guy Delisle

El cómic que hoy nos ocupa no es estrictamente una novedad, porque fue publicado hace ya tres meses, pero su potente argumento y el hecho de que su autor acaba de visitar Euskadi nos obliga a dedicarle, aunque con retraso, un merecido comictario. Se trata de la última obra del canadiense Guy Delisle, Escapar. Historia de un rehén, el minucioso y agobiante relato del cautiverio de Christophe André, trabajador de una ONG médica que fue secuestrado en el Cáucaso el 1 de julio de 1997. Christophe llevaba sólo tres meses en su puesto de responsable administrativo de la oficina de la ONG ubicada en Nazrán, ciudad de la pequeña república de Ingusetia, al oeste de Chechenia. Esa noche, varios individuos armados le sacan a la fuerza de la cama, le meten en un coche, cruzan la frontera chechena y comienza así su particular odisea como secuestrado, sin saber bien qué es lo que quieren sus captores, sin poder comunicarse con ellos, porque no saben ni francés ni inglés, y temiendo que le maten en cualquier momento.

De forma admirable, Guy Delisle plasma en imágenes la vida cotidiana de Christophe André secuestrado, 111 días de cautiverio durante los cuales estuvo solo la mayor parte del tiempo. Casi cuatro meses en los que nuestro protagonista se pregunta una y otra vez cuándo le van a liberar y por qué sus compañeros de la ONG tardan tanto en sacarle de allí. La imagen de Christophe tumbado en una colchoneta, esposado a un radiador, con una bandeja de comida en el suelo y la sombra amenazadora de uno de sus secuestradores ilustra la portada de este cómic y resume la esencia del relato. Ya en páginas interiores disfrutamos con la maestría de Delisle para colocarnos en la piel del cautivo y hacernos partícipes de su incesante actividad mental, sus dudas, preguntas, angustias y miedos que intenta combatir con su afición por batallas históricas, como Austerlitz o Gettysburg, y con la esperanza de una liberación que parece no llegar nunca. Y luego está la idea de la fuga, la obligación de todo prisionero. Christophe la imagina una y otra vez, y una y otra vez se vuelve atrás con una mezcla de temor e impotencia. A final, 111 días después y de una forma bastante inesperada, Christophe André recupera la libertad. Volvió con los suyos y, según leemos al final del libro, tras seis meses de descanso se incorporó a una nueva misión de Médicos Sin Fronteras.

Este gran cómic, publicado por la editorial vasca Astiberri, es un homenaje a todos los hombres y mujeres que, bajo las siglas de ONGs y otras organizaciones humanitarias, trabajan en zonas de conflicto. Un relato absorbente de más de 400 páginas que se leen casi de un tirón y merece un lugar destacado en vuestra biblioteca. No os lo perdáis.

Iñaki Calvo

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