Paco Camarasa repasa sus indispensables en la novela negra

Por una vez nos saltamos la costumbre de incluir en esta sección libros de ficción para hablar de un ensayo, llamémosle así, aunque quedamos justificados porque habla de libros de ficción, de muchos. Paco Camarasa es un aficionado a lo que él llama la literatura negrocriminal en la que pretende englobar todos los géneros conocidos como policiacos, desde la novela enigma hasta el hard boiled, e incluso disciplinas tangenciales como la novela de espías. Camarasa ha vivido una aventura librera con Negra y Criminal, una librería en el puerto de Barcelona que era refugio de cuanto letraherido especializado tenía la oportunidad de acercarse. Y ahora que ha cerrado su empresa, en parte porque le ha llegado la edad de jubilación, pero también porque el negocio, a pesar de sus fastos, no daba lo suficiente, ha encontrado tiempo para escribir un libro que reúna todos sus conocimientos sobre el tema.

Para no liarse ha decidido distribuirlo por orden alfabético lo que, aparentemente, simplifica las cosas para el autor y también para el lector, pero luego el capricho de Camarasa ha hecho que no se encuentre a determinados autores o personajes en el lugar que se espera porque los ha familiarizado con otros y se han cambiado de casilla. Entenderán que digo esto desde el rencor de quien no ha tenido la oportunidad de escribir un libro sobre uno de sus géneros favoritos y de alguna manera envidia la oportunidad del otro. Mi libro habría sido mucho mejor. O más ordenado. Es pues Sangre en los estantes más un libro de lectura que un libro de consulta, rendido a la escritura sin método del autor. Y también a ciertos despistes menos justificables. Pero, en cualquier caso, es un magnifico instrumento para aquellas personas que quieran asomarse a un género que no pierde su vigencia, que cada año tiene nuevos practicantes, que es, después de la novela romántica, el tipo de libro que más se vende, y que sigue manteniendo la idea de que es el vehículo perfecto para contar como es la sociedad de cada lugar en determinado momento.

Ahora gustan mucho por aquí las novelas nórdicas, pero en otros momentos han gustado más las estadounidenses, las mediterráneas, las francesas en concreto, ah, ese polar, y las latinoamericanas. Ya digo es un trabajo muy arbitrario, lo mismo dedica dos páginas a una obra de teatro sobre Sherlock Holmes que cinco líneas a todas las películas basadas en el personaje. Y no se libra de la pesada carga de su gusto personal que le hace destacar a determinados autores sobre otros creadores injustificadamente. Pero estoy seguro que cada lector encontrará ese punto de comunión con Paco Camarasa que le hará apreciar este libro. En mi caso la idea de que en la obra de Jim Thompson, La sangre de los King, debe figurar entre 1.280 almas y El asesino dentro de mí, nos convierte en una hermandad extraña y muy exclusiva. Cualquiera puede leer Sangre en los estantes, pero este libro será especialmente atractivo para aquellas personas que quieran iniciarse en el género negro y precisen de consejo. Pero, tengan en cuenta, que ésta es una adicción de la que no podrán escapar.

Félix Linares

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