Poco después de su nombramiento recibió aquel envÃo inusitado: una enorme cesta repleta de artÃculos carÃsimos. Supuso que se trataba de un error y lo comentó con sus compañeros. La mofa fue tan intensa y tan duradera que a partir de aquel dÃa, y hasta su detención, todo le pareció normal.
Roberto MosoÂ