Juanjo Olasagarre y los límites del amor y la amistad

Recuerdo la frase, pero no la novela: “¿Quién podría, al mirar a su pareja mientras duerme, decir que ha sido honesto con ella?” Desde luego, la pregunta da qué pensar. Pues es precisamente la honestidad, diferenciada de la lealtad, uno de los ejes de Poz aldrebesa, la nueva novela del escritor Juanjo Olasagarre. La historia está protagonizada por Axil Iminizaldu que trabaja en la televisión y por Joseba Aldaz, traductor del Boletín Oficial. Los dos mantienen una relación amorosa desde hace dos décadas, pero están atravesando horas bajas, cierto desgaste, falta de sexo.

Poz aldrebesa reflexiona, como decía, sobre el engranaje de las parejas. Sobre la verdad, las mentiras a medias, sobre los acuerdos, sobre los engaños. Pero Olasagarre no solo habla de amor y desamor, la amistad, esa otra variante del amor que no es necesariamente pacífica, también tiene peso. Además, la política, entendida en un modo amplio y social, condiciona la vida de los personajes. Lo externo, digamos, influye en el mundo interior de los protagonistas, y ese mundo interior, sus turbulencias, se filtran en los comportamientos externos, algo, yo creo, inevitable. Pero es esa combinación de ensimismamiento y acción, de intimismo y retrato social lo que hace muy atractiva esta novela repleta de detalles, de referencias, de, en suma, verosimilitud. Olasagarre recrea muy bien la militancia gay de hace unas décadas y las diferentes posturas ante la homosexualidad: desde la reivindicación como opción política a la idea de esa opción como algo que pertenece solo a la esfera personal. “Azken finean, Lander, nobio beharra heteroak sortutako beharra da”, dice uno de los personajes, y la frase puede funcionar como un termómetro de la compleja relación de esta pareja.

El autor, aunque se alarga en algunos pasajes de corte ensayístico -especialmente reseñables son los relacionados con el duelo- no se pierde en el discurso y nos engancha con la peripecia vital de los personajes, es decir, nos cuenta una historia concreta. Y lo hace a partir de un desencadenante muy concreto también: el infarto que sufre Axi. A partir de ahí, vemos sus vidas pasar. Esta, la tercera novela de Olasagarre, es sin duda una historia que merece la pena leer, honesta y bien construida, una historia -debo decirlo- en la que aparecen citados los compañeros de este programa Félix Linares y Roberto Moso.

Txani Rodríguez

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