La guerra según las mujeres y Svetlana Aleksievitx

El traductor de Lazkao, Iker Sancho Insausti, recibió el pasado año la beca Jokin Zaitegi que conceden la asociación cultural Arrasate Euskaldundu Dezagun de Arrasate y la editorial Elkar. Ahora tenemos ya en las librerías la cristalización de ese proyecto: la traducción al euskara de Gerrak ez du emakume aurpegirik, de la periodista Svetlana Aleksievitx que ganó el Premio Nobel en 2015.

El título del libro nos pone ya sobre la tesis principal de la periodista: cuando se habla de la guerra, se piensa en los soldados, en hombres, pero en la II Guerra Mundial participó casi un millón de mujeres soviéticas. Y no lo hicieron solo como enfermeras, médicos, camilleras o telegrafistas, fueron también francotiradoras, conductoras de tanques u oficiales. Y Svetlana Aleksievitx habló durante los años 80 -en plena censura- con algunas de ellas. Tuvo que esperar al deshielo, a la Perestrosika de Gorbachov, para poder colar, digamos, su trabajo. A pesar de todo, la censura modificó bastantes pasajes. Vendió dos millones de copias. En 2002 lo reescribió para añadir las partes que habían sido eliminadas, y mostrar ese relato coral en toda su crudeza y en toda su grandiosidad, lleno de dolor y de pequeños milagros porque como dice una de las mujeres entrevistadas, en la guerra se suceden también los pequeños milagros.

La lectura es dura, va sin paños calientes, pero es conmovedora y reveladora. “Beti harritu izan nau xaloa eta gizartiarra den guztiareriko mesfidantza horrek; bizitzaren ordez ideal bat eta epeltasun arrutaren ordez distira hotz bat jartzeko gurari horrek”, dice Nina Javkolevna que fue sargento en una época en la que las unidades acorazadas apenas admitían mujeres. La convivencia arrojaba momentos emotivos también, como este que narra Olga Vasilievna: “Lehen lerroan zeuden gizonek emakume bat lehen lerroan ikusten bazuten, aurpegiak guztiz aldatzen zitzaizkien. Emakume-ahotsaren soinuak berak eraldatzen zituen. Gau batean zemliankaren alboan eseri eta kantuan hasi nintzen isil-isilik.” Dice después que pensaba que todos los hombres estaban dormidos y no la habían oído, pero al día siguiente el comandante le dijo que estaban despiertos, pero que no pudieron articular palabra por la nostalgia que sintieron al escuchar la voz de una mujer.

Gerrak ez du emakume aurpegirik supone, sin duda, un acercamiento vigoroso a la obra de esta periodista tenaz, que ha buscado la voz de personas comunes para explicar la historia convulsa de su país. La Academia Sueca la distinguió por “su obra polifónica, un monumento al sufrimiento y al coraje de nuestro tiempo”. Ahora tenemos la oportunidad de escuchar esa polifonía en euskara.

Txani Rodríguez

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