Peru Magdalena y los sinsentidos de la vida

Tras la colección de relatos Lile, la novela Egia esan, los poemarios Hutsik y Argia, y distintos proyectos dirigidos al público infantil, Peru Magdalena regresa a las librerías con Ametsondoan. Se trata de un libro de relatos breves y muy breves, algunos brevísimos, en los que el autor de Berriz reflexiona sobre el sentido de la vida, o más bien, sobre el sinsentido de la vida, sobre lo mucho que nos complicamos la existencia. En este sentido, Ametsondoan es un canto a la sencillez. Habla por ejemplo en el cuento Lilun de las necesidades artificiales que nos creamos; o, como en el relato Bikatean (que comprende un juego de palabras en el título) de cómo podemos estropear relaciones casi perfectas por tratar de acaparar a la otra persona; o de hasta qué punto podemos llegar a desconocernos: “Denok daukagu geure iluntasunak. Eta litekeena da, iluntasun horietan zehar, ikusten eta ezagutzen ez dugun norbait ibiltzea”.

En Ametsondoan encontramos un anciano que usa la cachaba para escribir; un pez que quiere volar; o una persona que funda una escuela de bertsolaris mudos. Desde luego, imaginación no falta en estos relatos que se acercan a la fábula (aparecen muchos animales), que resuenan como antiguas leyendas y  que se acercan, sin solemnidades, a la filosofía oriental. Ese orientalismos se hace patente en la serie Liburuaren ikaspenak ez ahaztu, que se intercala a lo largo del libro. Una de esas enseñanzas es la siguiente: “-Maisu, ez dut ezer ere topatzen. Zer gertatzen zait?/-Larregi bilatzen duzu.

La naturaleza está muy presente en este trabajo: los ríos, los bosques, los desiertos… La ciudad no aparece. Ametsondoan habla del camino como metáfora de la vida, y ese camino se hace a pie, o en un carro tirado por bueyes; se hace -parece que quiere indicarnos el autor- con la mochila ligera de equipaje y sin miedo a ser realmente libres.: “Ehin bide posible berridun bidegurutze bat jarri zion parean. Itxuran denak oso antzekoak. Eta bidea ehun horietan desagertu zitzaion. Geroztik ibili ere ez dabil gure laguna. Han dago, geldi, askatasun kolpez erabakirik hartu ezinik”.

Ametsondoan juega con los referentes de la imaginaría colectiva y los revisa desde el humor, desde el absurdo y el surrealismo en un trabajo que reivindica la importancia de los sueños y de las ensoñaciones.

Txani Rodríguez

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