El comictario. Asterix por Italia… y sigue y sigue y sigue

Esta semana se han hecho públicos los datos de ventas de libros en diversos países, y en la vecina Francia el número uno lo ocupa un cómic, Astérix en Italia. Se trata del álbum número 37 de la serie creada hace 58 años por los geniales Goscinny y Uderzo y que en 2013 pasó a manos del equipo formado por el guionista Jean Yves Ferri y el dibujante Didier Conrad. Un relevo de garantías porque, tras muchos años de lenta agonía, estos dos autores han sabido revitalizar el mundo de los irreductibles galos frente al todopoderoso Imperio Romano.

Después de Astérix y los pictos y El papiro del César, cumpliendo el plazo de dos años entre álbum y álbum, Ferri y Conrad firman su tercera entrega de la serie, Astérix en Italia, en la que nuestros héroes disputan una carrera de cuadrigas por toda la península itálica. La prueba es una idea del senador corrupto Lactus Bífidus para desviar la atención sobre el mal estado de las vías romanas de cuya gestión es responsable. El senador, que se gasta el dinero público en orgías, ve cómo su iniciativa llama la atención del propio Julio César, quien ordena que la prueba sea ganada por el carruaje de Roma, guiado por el famoso auriga enmascarado Coronavirus, para demostrar la supremacía del Imperio.

La carrera se convierte así en un muestrario de los pueblos de la época, galos, normandos, britanos, ligures, etruscos, kushitas, lusitanos, sármatas, cimbros, griegos, y hasta los piratas que siempre terminan con su barco hundido se apuntan al sarao. Al estilo de la mítica serie de dibujos animados Los autos locos la carrera pasa por diversas ciudades, desde Monza a Nápoles, y disfrutamos con los cameos de personajes como Pavarotti, Bud Spencer, Roberto Benigni ó Silvio Berlusconi.

Y como telón de fondo un asunto de gran significado, la preocupación de Julio César por controlar a los muchos pueblos de Italia, vénetos, umbros, etruscos, apulios… No en vano, la publicación de la nueva aventura de Astérix ha coincidido con el “procés” catalán, pero es que cuando salió Astérix y los pictos a finales de 2013, no se hablaba de otra cosa que del referéndum de independencia que los escoceses votarían meses después. Trasfondo político aparte, las diversas etapas, menhires, comilonas, peleas, el inusual protagonismo de Obélix que aparece como conductor del carro galo y los mil detalles que trufan la historia hacen de Astérix en Italia una lectura más que recomendable. Así que, ¡no os la perdáis, por Tutatis!

Iñaki Calvo

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