El tocho. El sueño de los héroes, del argentino Bioy Casares

A lo largo de tres días y de tres noches del carnaval de 1927 la vida de Emilio Gauna logró su primera y misteriosa culminación. Que alguien haya previsto el terrible término acordado y, desde lejos, haya alterado el fluir de los acontecimientos, es un punto difícil de resolver. Por cierto, una solución que señalara a un oscuro demiurgo como autor de los hechos que la pobre y presurosa inteligencia humana vagamente atribuye al destino, más que una luz nueva añadiría un problema nuevo. Lo que Gauna entrevió hacia el final de la tercera noche llegó a ser para él como un ansiado objeto mágico, obtenido y perdido en una prodigiosa aventura. Indagar esta experiencia, recuperarla, fue en los años inmediatos la conversada tarea que tanto lo desacreditó ante los amigos.

Así comienza El sueño de los héroes, de Adolfo Bioy Casares. Publicada en 1954, esta es la tercera novela del autor argentino tras las celebradas La invención de Morel y Plan de evasión, obras donde se acercaba de forma muy original al género de la ciencia ficción, poco frecuentado en la literatura de su país. En El sueño de los héroes Bioy recupera el tono realista, incluso costumbrista, durante la mayor parte de su desarrollo, salvo en los últimos capítulos donde se desliza por terrenos mágicos o fantásticos.

La vida de Emilio Gauna, veinteañero empleado en un taller de automóviles, transcurre rutinaria, oscilando entre su trabajo y la compañía de sus amigos, con los que se reúne en el bar Platense, o en casa del doctor Valerga, hombre maduro y torvo, cuya fortaleza y experiencia, le convierten en una especie de líder natural para todos. En su compañía pasará de farra tres jornadas del carnaval de 1927 durante las que conocerá a una mujer enmascarada y tendrá una experiencia iniciática que le marcará de por vida, aunque apenas puede recordar. Algunos meses después se casa con Clara, la hija del brujo Taboada, que intentará apartarle de su destino, pero, incapaz de abandonar su obsesión, tratará de revivir aquella experiencia reproduciendo junto a sus amigos y el doctor, en el carnaval de 1930, las mismas andanzas de tres años antes. A partir de ese momento, los acontecimientos se precipitan sin posible vuelta atrás.

Con un oído finísimo para la lengua hablada, Bioy, que solo se permite alguna breve digresión, consigue reproducir no solo las expresiones de diversos arrabales de Buenos Aires, sino hasta la musicalidad del acento porteño, que el lector creerá oír a medida que se adentre en el libro. En esta novela aparece de nuevo esa concepción del valor masculino dirimido en una pelea a cuchillo, tan habitual en el imaginario argentino, desde la literatura gauchesca, con Martín Fierro o Don Segundo Sombra, hasta el refinado Borges, quien trató el asunto en varios de sus cuentos.

El valor de Gauna será precisamente el detonante de su destino, intuido y, al fin, realizado; un tema muy borgiano, resuelto con ingenio y eficacia en una novela considerada por cierto sector de la crítica, quizá demasiado entusiasta, la mejor de su autor. El sueño de los héroes de Adolfo Bioy Casares, disponible en Alianza Editorial.

Javier Aspiazu

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