El libro del mar del noruego Morten A. Stroksnes

Dice la contraportada de este libro que en él se cuenta la caza de un tiburón boreal en una lancha neumática por parte de dos amigos. Y luego entra en algunos detalles sobre esa cacería. No lo creáis. Es cierto que todo eso está en el libro, en una pequeñísima parte del libro, pero este volumen va de otra cosa. Va del amor por el mar y por aquello que lo representa. Stroksnes es historiador, viajero, fotógrafo y reportero accidental. Ha escrito libros sobre lugares en conflicto y, sin duda, le apetecía un poco de relajo, pero sabe que la contemplación tiene poco gancho a la hora de vender un libro, así que aprovechando la pequeña anécdota de su amistad con un pescador y la, sin duda, verdadera experiencia de salir al mar para capturar a un tiburón y ver como este se les escapa siempre, ha montado la historia que ha permitido que este libro se edite en veinticuatro idiomas.

Y lo merece, porque a nada que sea el lector alguien interesado en la historia de la navegación, de las profundidades y de los habitantes del mar, este libro le va a encantar porque hay aquí un muestrario detallado de todo esto, troceado en grupos de pocas páginas, y mezclado con otras unidades de narración que incluye, por ejemplo, las películas y sobre todo los libros que hablan del mar, que son miles, por supuesto. Comparten página el abuelo del autor, que un día abandonó el interior de Noruega y se asomó al mar y Arthur Rimbaud que escribió un poema sobre él. Después los búnkeres que dejó la Segunda Guerra Mundial, dejan paso al amigo Hugo, que es un artista plástico, pero sobre todo tiene que salir a navegar todos los días y de ahí al Mayflower y otros barcos históricos, al Argos y otros barcos legendarios, al capitán Ahab y a otros personajes inventados, a Jack London que escribió, a Copérnico que investigó y a Borges que soñó.

Y si no están todos ellos en estas páginas a mi me lo parecen porque creo que este compendio de saberes prácticos y conocimientos teóricos sobre el mar es lo más completo que vas a encontrar lejos de los libros con hermosas fotografías y precios estratosféricos. Aquí, a cambio, hay hermosos poemas: “Es largo este país, la mayor parte es Norte”, por ejemplo. Leí este libro recorriendo las costas noruegas, se citan en él algunos lugares en los que he estado, como una librería de viejo en Tromso, que igual no es la misma que se cita en el texto porque hay muchas en Noruega, pero quiero pensar que esta identificación no ha influido en mi juicio, que cualquier persona, a condición de que esté interesado en el mar y todo su universo que es inabarcable, porque también tenemos aquí el mar estelar, debería leerlo porque va a hacer salir a los ojos, llegar al cerebro, la idea marina de cada uno de nosotros. Una delicia de libro. A mí que me importa que cacen o no al tiburón boreal. Bastante tiene el pobre con ese parásito que le come la cornea. Veis, un ejemplo de los conocimientos inútiles, y tan satisfactorios, que proporciona El libro del mar. Atrévete a vivirlo.

Félix Linares

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