Aritz Gorrotxategi y el dolor de la vida cotidiana

Ahazten diren gauzak es el nuevo libro de relatos de Aritz Gorrotxategi, que atesora ya una bibliografía importante, tanto en prosa como en poesía. En este volumen, el donostiarra reúne relatos publicados anteriormente en algunos libros colectivos y periódicos; otros, premiados en prestigiosos certámenes; e incorpora también textos inéditos. A pesar de la variedad de orígenes, digamos, de los cuentos, el libro resulta coherente en su totalidad, a excepción, quizá, de la primera pieza, de corte ensayístico.

Gorrotxategi centra su mirada en nuestra cotidianidad y en algunos de sus pliegues más dolorosos: el acoso sexual en el trabajo, la pérdida de los seres queridos, la distancia que, inesperada, se abre entre las parejas,  el desempleo, la marginalidad, la inmigración, la situación de los refugiados, la dispersión de los presos, el replanteamiento de ciertas cuestiones morales, la incidencia de la política en la amistad. El autor logra singularizar estos grandes temas a través de personajes y de situaciones verosímiles y alejarse, así, de las pancartas para generar una narrativa potente. Los relatos, que alternan el uso de la primera y la tercera persona, abarcan a veces un arco temporal amplio –Burua leihoan jarrita es un ejemplo de esto- y otras, reconstruyen apenas una escena, un instante, revelador, como sucede en Magrebtarra eta aterkia.

Hay cuentos que me han conmovido especialmente, como Erabakia, en el que una joven decide plantarse ante el acoso sexual de su jefe. Se trata de un texto muy hábil, que combina muy bien el realismo con cierto toque poético y que reflexiona sobre lo difícil que nos resulta a veces comunicarnos, contar lo que queremos contar o, simplemente desahogarnos. En Senza Te, el más emotivo de toda la colección, también asistimos a la incapacidad de una hija para agradecer a su madre todo lo que ha hecho por ella. Pero, en todo caso, el relato que más me ha gustado es Badago hor norbait, de ecos cortazarianos. Esta historia está protagonizada por un periodista al que no le gusta demasiado su empleo, y que trata de redimirse, trabajando de forma muy metódica, con mucha involucración, en un reportaje sobre los mendigos de su ciudad. Los derroteros de esa investigación de campo lo empujarán a situaciones sorprendentes.

Ahazten diren gauzak deja un poso de desengaño que podría resumirse en algo que dice el narrador del cuento Gorroto haut: “Adinarekin oinak lurrean jartzen ikasi nuela esan liteke, baina ordurako lurra ez zegoen han.” Pero la lectura de este libro, que no adolece de la falta de emoción que acusan a veces los que van sobrados de oficio, es estimulante: emociona y nos hace pensar.

Txani Rodríguez

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