Relatos de mar y guerra, relatos de Patxi Iturregi

El escritor Patxi Iturregi ya demostró con su ópera prima Haize kontra, su primer libro de relatos publicado en 1996, que conocía el mundo de la mar. Ahora, tras haber publicado Behi Eroak y Dioramak vuelve a las librerías –se le echaba de menos porque hacía trece años que no publicaba- con Ur biren artean, una nueva colección de relatos en la que el mar vuelve a ser protagonista. Los doce relatos que componen además están ubicados en los tiempos de la Primera Guerra Mundial, de ahí el título, por la zona neutral en la que quedaban nuestros pueblos: “Teorian herri neutral batean bizi bazen ere, Europan pairatzen zuten gerra-egoerak gizarte-arlo guztiak polarizatzen zituen eta hirritarrak bi talde antagoniko nagusitan banatzen ziren: alemanek aldekoak eta alemanen kontrakoak”.

La guerra era, pues, un zumbido constante, y no solo por la polarización, sino también por las escaramuzas que las distintas armadas acometían cerca de nuestras cosas, y en las que, de una forma u otra se ven implicados los personajes;  personajes como Mari Urteaga, la protagonista del primer relato, Erri bero, una joven que trabaja como telefonista en la compañía Sota y Aznar, y acaba convertida en espía, y termina también enamorada, en un tiempo muy poco propicio al amor. La guerra también está cerca de la inocencia de dos hermanos de Plentzia, los dos niños protagonistas de Narbalaren gaua, uno de los mejores relatos del libro. Los niños, mientras están tumbados en una duna de la playa durante la noche, jugando con una linterna, observan asombrados como un submarino emerge del mar. Los protagonistas de Aldeiarrak, la tripulación del carguero Palawan, se ve obligada a fondear,  por intereses de la armada alemana, en el puerto de Macao. Durante esos días en los que apenas tienen nada que hacer, la música cobrará protagonismo. En este relato aparecen marinos filipinos, como no podía ser de otra manera, ya que cualquiera que tenga algún amigo o familiar marino sabe cuánto han navegado los filipinos en los cargueros. Todos los relatos, de hecho, a pesar de que estén ubicados un siglo atrás, transmiten una gran sensación de credibilidad, en gran medida, porque Iturregi, que estudió Náutica y trabajó en mercantes  conoce muy bien el medio y sabe, claro, lo que es navegar. Seguramente, de ese conocimiento suyo procedan reflexiones como la siguiente: “Itsasoko gertaerek irrealtasun-itxura hartzen dute zenbaitetan, gizakiaren legeaz beste lege ilun eta boteretsu batzuk ere badaudela erakutsi nahian edo”.

Marineros supersticiosos, pescadores, armadores, telefonistas de las grandes navieras, submarinistas; bateas, cargueros, gabarras, submarinos, remolcadores; y una coordenada temporal muy concreta, que nos permite recorrer, además, la costa vizcaína de aquella época, pueblan este libro, que maneja registros diferentes, que se arma con la terminología del mar, con la documentación y la imaginación (porque salvo dos relatos basados en la realidad, el resto son pura ficción), para hablarnos, al fin y al cabo, de la condición humana.

Txani Rodríguez

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *