Descubriendo a Sharon Bolton, talento en negro

Reconozco que leo poca novela negra. La razón es que influenciados por los autores nórdicos, todos los escritores, de caso todas las latitudes, se han puesto a escribir novela criminal. Pero, es bien sabido, los autores escandinavos y de países vecinos miente. En sus sociedades hay muchos suicidios, pero pocos crímenes. Así qie se tienen que inventar cosas. Y les falta imaginación. Se arreglan bien con las cosas introspectivas, tipo Ingmar Bergman, pero les falta salir un poco, vamos, que se les nota la falta de socialización. Y así la plaga de la novela negra nórdica se ha extendido y ya practican ese estilo hasta los más mundanos mediterráneos.

Valga esta introducción para explicar que necesito un impulso adicional para acercarme a una novela negra. El artesano me la recomendó la editora. Bueno, tampoco hay que creer en las recomendaciones que llegan desde la editorial. Al fin y al cabo son parte interesada. Pero, bueno, siempre se pude dejar el libro en cualquier momento. El caso es que me puse a leer y oye, al cabo de unas cuantas páginas ya estaba liado. Sharon Bolton no inventa nada, pero juega de manera diferente con los elementos propios del género para conseguir un relato con sabor diferente.

La acción comienza, no teman no contaré nada que no deban saber, cuando muere el supuesto asesino de unos adolescentes, treinta años después de sus tropelías. La inspectora que investigó este caso vuelve al lugar de los hechos, ahora acompañada de su hijo adolescente (esta quizás sea una situación algo forzada que indica al lector que el hijo tendrá mucho que ver en el futuro) con la intención de despedirse de quien, a lo largo de estos años ha mantenido con ella una relación intermitente. Vaya, ya conocemos al culpable, Bueno, en realidad intuimos que no. Entonces ¿por qué dedicar doscientas páginas a la investigación de aquel caso cuando ya sabemos el resultado? Pues porque Bolton tiene confianza en su escritura y se permite todo ese trabajo cuando el elemento fundamental de la novela policíaca, el culpable, ya está sobre la mesa.

Efectivamente esta parte es muy interesante, entre otras cosas sirve para mostrar el machismo en la policía en una ciudad no demasiado grande de la Inglaterra industrial en tiempos en que comenzaba el desmantelamiento de esa industria, y las dificultades de una investigadora novata rodeada de unos tipos muy poco recomendables, mientras indaga en el mundo de la brujería, las sociedades secretas, la vida campestre y mil asuntos más llevados con mano maestra por la autora. Naturalmente hay más que esta investigación, pero creo que ya no debo contar más cosas.

Solo decirles que Sharon Bolton sabe manejar a sus personajes, que se detiene lo justo en las situaciones, que no abusa del color social, que dota de tensión prácticamente a todas las páginas de la novela. Después de diez novelas, cuatro de ellas pertenecientes a la serie de Lacey Flint, empieza Bolton una nueva serie, la de Florence Lovelady, que ya tiene un nuevo título previsto. No preguntemos pues dónde estaba esta autora, alegrémonos de que haya aparecido entre nosotros y disfrutemos de sus libros.

Félix Linares

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *