Landabaso/Goia, una conversación lenta y feminista

1.362 km EURI es el título del libro que han escrito a cuatro manos Garazi Goia y nuestra compañera Goizalde Landabaso.  El libro refleja la correspondencia que ambas autoras mantuvieron entre julio de 2017 y julio de 2018, cuando deciden darse un descanso con la promesa de volver a escribirse, con el repertorio renovado, digamos. Estas dos mujeres, en plena hegemonía del correo electrónico y el WhatsApp se intercambian cartas al viejo estilo para reivindicar una forma de comunicación alejada de la inmediatez, lo fraccionario, lo epidérmico. En todo caso, las nuevas tecnologías están presentes –hay alusiones al WIFI en el transporte público o a cómo Google satisface nuestras curiosidades- y algunas de las preocupaciones de estas escritoras revisten mucha actualidad. Goia, por ejemplo, lucha contra el tiempo en su ajetreada vida; Landabaso se rebela contra la imposición del deber de perfección que hoy se impone.

Aunque Landabaso vive en Bilbao y Goia en Londres, lo cierto es que muchas de estas cartas están escritas en tránsito, durante viajes de trabajo o de placer, en trenes, en aeropuertos, en aviones. Ambas mujeres viajan mucho y el libro se dota de cierto cosmopolitismo y mundanidad. 1.362 km EURI también tiene mucho de confidencialidad porque las autoras, sin exponer en exceso sus vidas privadas, si comparten sus inquietudes íntimas: Goia, embarazada durante la correspondencia, habla por ejemplo de la maternidad y de su confrontación con la libertad; Landabaso hace lo propio con su decisión de no ser madre; ambas comparten las cosas que les quedan por hacer y nos descubren algunos de sus temores. “Etxe honen gauak-dice Landabaso- beldurtzen nau, aitortzen dut. Amets gehiegi ditut lo-tarteetan eta arrotz (eta intrus) sentitzen naiz (…) Koadernotxoa mesanotxean utzi dut lo-eteneetan sortzen zaizkidan ideiak apuntatzeko”. Sin embargo, hay un hilo argumental que recorre todo el libro: la reivindicación de algunas mujeres que quedaron ensombrecidas por sus maridos, por sus hermanas, y, sobre todo, por el signo de los tiempos que les tocaron vivir. “Itzalean” es, de hecho, una palabra que se repite en el texto. Garazi Goia confiesa lo siguiente: “Itzalean egotea sufrimendu izugarria izango zen niretzat. Ez nintzateke egokituko, Itzalari nola irabazi pentsatuz beti, oinazeak gainezkatuko luke nire arima. Itzalari aurreratu nahian, etengabe ibiliko nintzateke lehia batean. Imajinatzen duzu borroka hori?”.

Como decía, las cartas se detienen en las vidas y trayectorias de muchas mujeres, algunas más lejanas, como la pintora Paula Modersohn-Becker, la escritora y periodista Milena Jesenká  o la Premio Nobel Sigfrid Undset; también nos hablan de otras mujeres de muy cerca,  de aquí mismo, como la fotógrafa Eulalia Abaitua, la panderetera Maurizia Aldeiturriaga, la música Marian Arregi o la escritora de Iparralde, Marie Darrieussecq. Creo que Landabaso y Goia corrían el peligro de insertar las trayectorias de las artistas que mencionan de una manera forzada, pero, desde luego, han esquivado bien ese obstáculo porque son los libros que leen, las coincidencias cronológicas, un documental proyectado en un avión, o las derivas de sus conversaciones las que traen, con naturalidad, a esta correspondencia todos esos nombres.

1.362 km EURI nos ofrece, por tanto, la posibilidad de conocer, a menudo de descubrir, a un ramillete de mujeres pioneras, valientes y talentosas, además de asistir al intercambio de ideas, inquietudes y confidencias entre las autoras de este libro en el que, como el título indica, llueve bastante, y en el que se logra que cale  cierta sensación de oprobio por el olvido que cayó sobre mujeres tan valiosas.

Txani Rodríguez

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