El comictario. El comisario Ricciardi, de la editorial Bonelli

A la sombra del dominio que el mercado y la industria francobelga ejercen sobre el cómic europeo, hay una familia en Italia, los Bonelli, que lleva casi 80 años publicando cómics con autores locales y gran éxito de ventas. Al sello Bonelli pertenecen series tan populares como Tex, Zagor, Dylan Dog, Martin Mystère o Nathan Never, títulos que han vendido millones de ejemplares y han dado trabajo a muchísimos dibujantes y guionistas, incluso de fuera de Italia. Pero el éxito de público no lo es todo, y Bonelli ha arrastrado siempre la etiqueta de “populachero“, alejado de las corrientes que en los últimos 30 años han apostado por un cómic de más nivel, ese modelo que conocemos como “novela gráfica“.

Un modelo que no podía ser ignorado por un editor como Sergio Bonelli y así, en junio de 2007, el mítico sello italiano lanzó su primera novela gráfica, Dragonero, un relato de fantasía que fue también un éxito de ventas y al que han seguido decenas y decenas de títulos. Un material muy interesante que hace medio año empezó a publicar en castellano la editorial Panini a razón de dos novedades por mes. Y de lo visto hasta ahora hay una serie que destaca poderosamente, la adaptación al cómic de las cuatro novelas del escritor Maurizio de Giovanni protagonizadas por el comisario Ricciardi.

El escenario de todas ellas es la ciudad de Nápoles a principios de los años 30, un lugar con muchos rincones oscuros y en el que los pobres miran con admiración y resentimiento a las élites dominantes, cercanas al régimen fascista de Mussolini. Es la ciudad del inspector Luigi Alfredo Ricciardi, siempre con traje, corbata y gabardina y poseedor de un don insólito: cuando accede al lugar del crimen puede ver al espectro de la víctima y escuchar sus palabras, mensajes con escaso significado a los que el comisario Ricciardi va dando forma mediante laboriosas investigaciones. Un trabajo que hace con la ayuda de su colaborador, el sargento Maione, y del médico forense Bruno Modo.

Ellos, y decenas de personajes secundarios, protagonizan cuatro excelentes historias de género negro ambientadas en las cuatro estaciones del año. De momento, hemos podido disfrutar del invierno y la primavera, El sentido del dolor y La condena de sangre, con dos víctimas bien distintas: un famoso tenor y una anciana echadora de cartas. Los dos álbumes cuentan con un equipo diferente de guionista y dibujante, Claudio Falco y Daniele Bigliardo el primero y Sergio Brancato y Lucilla Stellato el segundo. Profesionales eficaces que superan con nota el reto de adaptar al cómic las novelas del comisario Ricciardi. No os lo perdáis.

Iñaki Calvo

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