Los personajes dolientes de los cuentos de Socorro Venegas

La memoria donde ardía es una colección que reúne diecinueve relatos breves, pero intensos como un zarpazo. A través de esas historias, que aúnan nitidez narrativa y potencia simbólica, la autora mexicana Socorro Venegas explora temas como la viudedad, el embarazo, la depresión postparto, la crianza traumática, la indefensión de los niños  o el amor desesperado. La naturaleza está muy presente: el mar, las olas, las islas, los árboles, las flores, el granizo, la lluvia, el rayo, el fuego, la luna, los pájaros. Además de cumplir una función de recreación de atmósferas, esos elementos, en ocasiones, parecen fundirse, de forma inevitable, con los personajes: “Entrábamos al monzón en pleno desierto”, dice una mujer que atraviesa una crisis sentimental; “Entonces, un relámpago interno, en mi cuerpo, en mi sangre, me deslumbró”, confiesa una madre, bajo una tormenta, una madre que parece despertar de una especie de letargo; “Caminó hacia el mar y cuando metió los pies entre las aguas le pareció que entraba en una gigantesca lámina turbia”, leemos sobre un hombre que asiste a cómo se aleja el amor de su vida. Hay, por tanto, una fusión entre esos elementos de la naturaleza que Venegas conjuga con el estado anímico de sus dolientes personajes.

Con una prosa precisa, pero sensual y plástica, la autora es capaz de retorcer el tiempo del relato para cerrar finales asombrosos; en otras ocasiones, el final del relato late ya en el mismo principio. En todos los cuentos resuena la misma voz, pero hay algunos especialmente conmovedores como Los aposentos del aire, protagonizado por dos niños, muy enfermos, que se enamoran en el hospital; otros resultan singularmente bellos como El nadador infinito por la manera tan original en la que cuenta lo que sucede en el interior de una mujer embarazada e infeliz; y otros, como Pertenencias o La música de mi esfera, comparten reflexiones honestas y desgarradas sobre la soledad, sobre la pérdida de los seres queridos,  y sobre la necesidad de cariño. Tienen todos los cuentos algo de enredadera, que va escalando por las líneas del texto, hasta configurar una composición narrativa que brota y se expande.

Socorro Venegas tiene una trayectoria muy consolidada —y muy premiada—  en México, ahora tenemos la oportunidad de descubrir su trabajo en Páginas de Espuma a través de La memoria donde ardía, y esperamos que a través, también, de futuras publicaciones.

Txani Rodríguez

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