El comictario. La Betty Boop de Cazot y Rocheleau

Durante los últimos años el color rosa, las carreras solidarias y un mensaje de esperanza han sido los ingredientes fundamentales de una ejemplar reacción social ante el cáncer de mama. Mujeres y hombres, porque los varones también sufrimos esta enfermedad, unidos ante el reto que supone afrontar y superar una dolencia que, hasta hace no demasiado tiempo, era sinónimo de muerte o, en el mejor de los casos, de supervivencia a costa de la mutilación de uno o de ambos pechos. “Mastectomía“, palabra maldita para tantas mujeres que, sin embargo, han sido, son y serán el espejo en el que debemos mirarnos para aprender a seguir viviendo por encima de todos los pesares y obstáculos.

El mundo del cómic no ha sido ajeno a esta batalla social, con títulos tan destacados como La historia de mis tetas, de Jennifer Hayden (Norma Editorial), o Que no, que no me muero, de María Hernández y Javi de Castro (Modernito Books). Historias de mujeres que deben afrontar un cáncer de mama y lo hacen con fuerza, naturalidad y positivismo. Valiosas obras a las que hay que añadir otra más, Betty Boob, una auténtica joya producida en Francia con guión de Véro Cazot y dibujos de la ilustradora canadiense Julie Rocheleau. Ambas artistas han unido sus talentos para ofrecer al mundo un cóctel en imágenes lleno de color y alegría, pero en el que no faltan gotas de amargura y de dolor.

Al estilo de las antiguas películas mudas, con ritmo endiablado y con algún recuadro de texto sobre fondo negro, Véro Cazot y Julie Rocheleau nos cuentan la historia de Elisabeth, una joven parisina a la que extirpan el seno izquierdo por un cáncer de mama.

Completamente calva por la quimioterapia y con la cicatriz no solo en el pecho sino también en el alma, Elisabeth intenta retomar su vida normal, pero todo se le pone en contra. Casi de golpe se queda sin novio y sin trabajo, y el futuro se presenta más que oscuro hasta que, por azar, y durante una loca carrera en busca de su peluca arrastrada por el viento, entra en contacto con un grupo de gente maravillosa. Son artistas, miembros de una compañía de cabaret que actúa en un barco por el Sena y reciben a Elisabeth con el calor y la comprensión que no ha encontrado en ningún otro sitio. La chica sin el seno izquierdo se convierte en estrella del espectáculo con el nombre de Betty Boob, un guiño al famoso personaje de dibujos animados de los años 30, la sexy Betty Boop.

Un auténtico canto a la vida y a la capacidad del ser humano para reinventarse y salir adelante. Sin duda, uno de los cómics imprescindibles de este año, publicado en castellano por la editorial Planeta. No os lo perdáis.

Iñaki Calvo

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