El comictario. El shaolin cowboy de Geoff Darrow

Había una vez un chino regordete que cabalgaba por el desierto a lomos de su mula parlante. Este es el punto de partida de The Shaolin Cowboy, la obra con la que el estadounidense Geoff Darrow logró su tercer premio Eisner allá por 2006. Darrow, poseedor de un estilo poderoso y detallista, sorprendió al mundo hace casi tres décadas con Hard Boiled, una violenta fábula futurista escrita por el gran Frank Miller que se llevó un premio Eisner en 1991. Ambos genios repitieron colaboración con Big Guy y Rusty el chico robot, que supuso otro Eisner para Darrow en 1996. El peculiar arte de este dibujante llamó la atención de los hermanos Wachowsky, que le contrataron para trabajar en los storyboards de su película Matrix, y luego le ofrecieron publicar cómics en su propio sello, Burlyman Entertainment. Y es ahí, a partir del año 2004, cuando Geoff Darrow inicia las aventuras de The Shaolin Cowboy, asumiendo el guión y dibujo de un espectáculo visual que deslumbra casi en cada viñeta.

Poco importa la extravagancia del punto de partida del relato: un chino viaja por el desierto con una mula que habla y debe enfrentarse a una banda criminal compuesta por decenas de enemigos que se la tienen jurada. Resulta que nuestro chino regordete, maestro shaolin y experto en el arte del kung-fu, se ha metido en incontables líos de los que nada sabemos y ahora le toca afrontar las consecuencias. Y lo hace sin despeinarse, con una brutal habilidad que siembra cadáveres por doquier. Tras la masacre, le toca pelear con una deidad esquelética, agotador combate durante el que es engullido por un lagarto gigantesco que lleva una ciudad a sus espaldas. En las entrañas de la bestia, nuestro shaolin debe luchar contra miles de muertos vivientes azuzados por la deidad esquelética y su huesuda esposa, y seis años después, cuando logra volver de nuevo a tierra firme, al desierto, tiene que seguir matando sin cesar a los zombis que le persiguen.

Esta matanza, sin diálogos y con una fascinante coreografía dibujada de forma magistral por Geoff Darrow, ocupa casi la totalidad del segundo volumen de esta serie. Todo un ejemplo de arte secuencial. Queda todavía un tercer tomo, y lo esperamos con impaciencia para conocer el desenlace de esta historia colosalmente dibujada. Norma Editorial publica en castellano The Shaolin Cowboy, y lo hace mediante una cuidada edición de álbumes con tapa dura, lomo de tela y papel de gran calidad que permite disfrutar del arte y el detalle de Geoff Darrow. Un auténtico placer para los sentidos. No os lo perdáis.

Iñaki Calvo 

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