Daniel Ruiz, el escritor que desvela nuestro mundo

Daniel Ruiz escribe, es periodista y literato, y se maneja en el mundo de la comunicación, lo que le permite un conocimiento del mundo actual que limita con los centros de poder político, empresarial, económico y de las actividades que aspiran a tenerlo, el poder digo. Lo cierto es que ha escrito muchos libros personales y ha colaborado en colectivos, y ha participado en multitud de actividades, pero por no dispersarnos demasiado nos centraremos en sus últimos trabajos, los que a partir del fichaje por la editorial Tusquets le han colocado en un buen lugar para representar a esa generación de escritores que tratan de desentrañar la realidad española actual.

Todo está bien es una novela donde la política ocupa el primer plano, con un protagonista que representa a esta especie de manera ejemplar, enfrentado a las consecuencias de su gestión, mala gestión podríamos precisar. La gran ola, con la que ganó el premio Tusquets cambia el foco y lo centra en el mundo de la empresa con las consecuencias derivadas de la fragilidad laboral y los nuevos requerimientos de labores innecesarias. Le sigue un volumen con tres relatos largos, Maleza, que retratan la vida en los barrios periféricos. Y así llegamos a El calentamiento global, la que, me parece, es la mejor de las obras de Daniel.

Otra vez la empresa, una vez más la política, y por supuesto los supervivientes de una sociedad asfixiante. Daniel Ruiz parte de un accidente laboral para mostrarnos todo lo que esto desencadena: los esfuerzos de la empresa por ocultar el hecho, o al menos minimizar los daños; los tratos con las fuerzas políticas y sindicales que actuaban en complicidad con la empresa pese a sus muchos desmanes económicos y medioambientales; la presencia de los afectados por el accidente, familia y amigos del herido; las acciones de una periodista que trata de denunciar no solo las causas del accidente sino los muchos destrozos que la empresa está causando en el entorno. Y otros muchos personajes dibujados con detalle a través de unas acciones que representan a toda la sociedad.

Utilizando la imagen del enviado de la empresa para solucionar el asunto con los menores daños posibles, Daniel Ruiz va paseando por diferentes lugares, desde los despachos a las calles, desde las discotecas al mundo de Internet, nos muestra como ese hombre empieza a pensar que el trabajo será fácil, para darse cuenta al fin de que el asunto puede que se solucione, pero eso no va a arreglar el desastre en el que él se mueve. Cuando es necesario el autor se detiene en trazar un cuadro sobre la vida de diferentes personajes, ejemplar en el caso de la periodista rematado por un epílogo donde nos insta a perder toda esperanza, y los mezcla con habilidad y sabiduría, nos emociona, nos divierte, nos descubre muchas cosas y nos deja el ánimo afectado por la devastación que nos muestra.

Tendríamos que hacer más caso a los Daniel Ruiz, que algunos mas hay por ahí, pero me temo que no tenemos tiempo para de descubrir como nuestras vidas se van por el sumidero. Pero es bueno que nos vayan mostrando con lucidez lo que pasa a nuestro alrededor, porque quizá así consigamos arreglar algo. O, al menos, enterarnos de cómo están las cosas.

Félix Linares

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