Almudena Grandes y el “gen malvado de los rojos”

Almudena Grandes lleva inmersa desde 2010 en un proyecto galdosiano, Episodios de una Guerra Interminable, que intenta dar a conocer a aquellas personas que con dignidad y coraje se enfrentaron al franquismo y a su ideología. Van a ser en total seis volúmenes de los que se han publicado ya cinco: Inés y la alegría, El lector de Julio Verne, Las tres bodas de Manolita, Los pacientes del doctor García (Premio Nacional de Narrativa) y, el recientemente aparecido, La madre de Frankenstein, en el que se sumerge en la utilización que hizo el franquismo de la psiquiatría para acabar con sus rivales políticos, lo del famoso “gen rojo” que había que extirpar como fuera. Grandes es una grandísima escritora a la que llevamos leyendo desde que publicara hace un montón de tiempo su primera novela y su primer gran éxito Las edades de Lulú. Una madrileña que desde entonces ha dado a sus lectores una quincena de libros, novelas principalmente y algunos volúmenes de relatos, tan estimables como Los aires difíciles, Malena es un nombre de tango, Atlas de geografía humana o El corazón helado, por los que ha obtenido premios y reconocimientos.

La madre de Frankenstein, un título magnífico, toma como referencia la historia de Aurora Rodríguez Carballeira la inteligentísima feminista radical que quiso convertir a su hija Hildegart en la vanguardia de una nueva generación de mujeres y al no conseguirlo, según ella, la asesinó. Fue un caso que conmocionó a España en la época de la II República. La novela transcurre años después, cuando Aurora Rodríguez se las tiene que ver con el doctor Germán Velázquez, el psiquiatra que la atiende en el manicomio de mujeres de Ciempozuelos, un médico formado en Suiza e hijo de un alto cargo sanitario de la República que fue asesinado en la cárcel, y con María Castejón, una auxiliar de enfermería que trabaja en el manicomio y a la que Aurora formó en el propio manicomio donde vivía ya que el abuelo de María era el jardinero del mismo. Toda la acción se sitúa en la España del franquismo que está en pleno apogeo nacionalcatólico entre los años 1954 y 1956, cuando están en vigor las leyes que buscan acabar con el “gen rojo, el gen perverso” y que califica de “locos” a muchos de sus disidentes.

A pesar de lo que pueda parecer por el argumento, la protagonista no es Aurora Rodríguez sino que son el médico Germán Velázquez y la auxiliar de enfermería María Castejón, dos personas que proviniendo de clases sociales opuestas (burguesía y clase baja) se encuentran en la diferencia. Porque ambos no encajan en esa sociedad que les ve como bichos raros. Él es un exiliado que ha vuelto a trabajar dentro del régimen, aunque no con el régimen, y ella es una persona de clase baja, pero instruida, lo que es visto por los de su clase con prevención y por los que están por encima socialmente con sospecha. Y es que estamos ante una España terrible, por la dictadura, por la represión, por la religión ultracatólica que marca las costumbre sociales y por el tremendo clasismo que se impone, del que no se ha hablado mucho, y que Almudena Grandes retrata muy bien, sobre todo en lo que respecta a la relación terrible de dominación de los señoritos sobre sus criadas.

Hay más cosas interesantes en esta novela magníficamente escrita, con esa fluidez que es marca de la casa de su autora. Entre ellas la plasmación del miedo, el miedo que domina todo un país, y que a veces muchos olvidan, y que estuvo ahí cuarenta años, y que fue clave para la pervivencia de un régimen dictatorial. Y también está ahí la tragedia de los judíos durante el nazismo, tan bien contada a través de la familia que acoge a Germán en Suiza. Siempre impresiona, por mucho que hayas oído hablar de ella. Y es extraordinario como Grandes narra cómo se construye la paranoia a través de esos monólogos terribles de Aurora Rodríguez.

Todos los que hemos disfrutado de los Episodios de una Guerra Interminable estamos entristecidos porque vayan a concluir. Ya solo queda un volumen Mariano en el Bidasoa, que transcurre en gran parte en la Euskadi de comienzos de los sesenta cuando empiezan a construirse nuevos organismos que canalizarán la protesta social desde dentro contra el franquismo, sobre todo en el mundo laboral. Está muy claro que en el futuro, cuando alguien quiera saber cómo fue la vida durante la dictadura franquista y cómo fue la lucha de aquellas personas que intentaron reconstruir la democracia española, además de leer libros de historia leerá con asombro y admiración esta saga escrita por Almudena Grandes. Gracias por todo, Almudena, te debemos mucho, te debemos una parte importante de la reconstrucción de nuestra memoria colectiva.

Enrique Martín 

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