El Agujero Negro. Llamada

Fueron unos días duros, terribles, pero con la ayuda de la medicina los pudo llevar mejor de lo que esperaba. El auténtico golpe certero a su entereza se produjo días después, cuando sonó el teléfono y justo al contestar comprendió que no era él, que nunca jamás sería ya… él.

Roberto Moso

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