El comictario. Joe Sacco rescata la lucha indígena canadiense

Canadá es uno de los países más grandes y con más extensión forestal del mundo, su línea fronteriza con Estados Unidos es la más larga de todo el planeta con casi 8.900 kilómetros de longitud, e incluye el monumento natural de las cataratas del Niágara, compartido por ambas naciones. Canadá es el país que más lagos tiene; la tierra del lobo, el alce y el caribú goza de altos niveles de vida y calidad democrática y, sin embargo, esta bella postal hecha a base de fotos y datos estadísticos tiene zonas de sombra. La principal, el trato dado por los gobiernos canadienses a los pueblos indígenas habitantes de zonas como los Territorios del Noroeste, un formidable espacio natural que ha pagado un altísimo precio por los efectos de la colonización y el capitalismo.

Ese es el lugar elegido por Joe Sacco, el gran maestro del periodismo gráfico, para su nuevo trabajo titulado Un tributo a la tierra. Al igual que en anteriores obras maestras como Gorazde zona segura o Palestina. En la Franja de Gaza, Joe Sacco viaja hasta el lugar de los hechos, los Territorios del Noroeste, se mueve de un lado para otro, habla y habla con personas de todas las edades, escucha atentamente, toma notas, hace dibujos y el resultado final es, como siempre, apabullante. Un tributo a la tierra es la historia de los denes, los habitantes originarios del Valle del Río McKenzie en el norte de Canadá. Una nación indígena que resume su existencia en un principio fundamental: “La tierra no es nuestra. Nosotros somos la tierra“. Una filosofía arrasada por el capitalismo y la colonización.

En los remotos Territorios del Noroeste hay petróleo, gas, oro y diamantes, y durante 150 años las minas y los oleoductos han alterado espacios vírgenes y costumbres ancestrales. Maniobras políticas y tratados injustos determinaron en los años veinte del pasado siglo que la Nación Dene cedía al gobierno canadiense la gestión de la tierra a cambio de seguir viviendo en ella. Luego llegaron las políticas educativas que obligaron a escolarizar a los menores de edad. Miles de niños y niñas denes fueron arrancados de sus familias e internados en colegios, mayormente religiosos, donde perdieron su lengua y sus costumbres e incluso sufrieron abusos sexuales. Esa generación rota, con graves problemas psicológicos y de alcoholismo, tuvo que dirigir los destinos de la Nación Dene hasta que en los años setenta las protestas por la construcción de un oleoducto hicieron revivir la llama de un pueblo unido.

Desde entonces los denes han ganado varios pleitos contra el gobierno canadiense, y en el año 2015 una Comisión de la Verdad concluyó que se había cometido contra ellos un “genocidio cultural“. Hoy, las nuevas generaciones de la Nación Dene tratan de cerrar las enormes heridas sufridas por su pueblo. Un reto mayúsculo al que Joe Sacco rinde homenaje en este cómic magistral, Un tributo a la tierra, publicado en castellano por Reservoir Books. Un libro absolutamente imprescindible. No os lo perdáis.

Iñaki Calvo

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