El redescubrimiento del cuentista Carlos Castán

La editorial Páginas de Espuma ha reunido en un volumen titulado Cuentos todos los relatos del escritor catalán de origen oscense Carlos Castán. Así, los relatos de Frío de vivirMuseo de la Soledad y Solo de lo perdido (junto a su relato más extenso, Polvo en el neón), escritos durante más de dos décadas, se agrupan ahora aquí, precedidos por un bellísimo prólogo en el que nos cuenta cuáles fueron sus lecturas de juventud (Borges, Umbral, César Vallejo…), con las que fundó una mitología personal, basada en  la estética de la derrota, entre otras cosas. En esas páginas, rememora sus tiempos de estudiante de Filosofía en la Universidad Autónoma de Madrid, la muerte por accidente de su hermano que le enseño dos cosas contradictorias: “Tuvo que suceder algo así de terrible para que yo entendiera que si de verdad quería ser escritor había llegado el momento de ponerse a ello. Entendí en un mismo instante que había que hacer algo y que nada importaba. Aprendí que había que ponerse con urgencia a la tarea al tiempo que aprendía que para qué.” El prólogo también nos revela cómo  este autor intermitente, con largos periodos de silencio entre un libro y otro, dejó Madrid, con sus excesos, y regresó a Huesca que fue, dice, como su sanatorio en los Alpes suizos. “De ese alejamiento nació todo, (…) y creo que es esa melancolía la que funda mi vida de escritor que escribe”, resume.

En estos cuentos, encontramos el Madrid de los 80 y otros textos más rurales, ambientados en los pirineos, en Huesca. Y hablan entre otras cosas de personajes que buscan su lugar en el mundo, que buscan aunque no sepan exactamente que buscan. Estas ideas se reflejan bien en el bellísimo relato, con un toque fantástico, titulado El andén de nieve; o en el divertido Una historia barata, que habla del hastío en las ciudades de provincias. La soledad de los débiles es otro de los temas importantes, y se expone, por ejemplo, en A veces un fogonazo, un cuento que da carta de lo normalidad a un comportamiento cruel. Castán refleja la realidad, la cotidianidad, pero perfora varias capas de esa realidad hasta toparse con la fragilidad, con la quiebra. “Es difícil -reconoce-enunciar un predicado que sirva para tantos relatos a la vez, pero quizá el común denominador sea ese (la incompetencia de la vida a la hora de satisfacer los anhelos), sumado a la sensación de intemperie y abandono de los personajes y a su pregunta por la identidad, por saber de una vez por todas quiénes son”.

La publicación de este volumen, algo que entre los amantes del cuento tira a acontecimiento, nos facilita una visión panorámica de la obra de Castán, hermosísima en la forma y reveladora en el contenido.

Txani Rodríguez

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *