Dror Mishani y las seducciones oscuras

Dror Mishani es un intelectual israelí, escritor, traductor, editor y experto en historia de la novela criminal. Hace diez años comenzó una serie, de momento una trilogía, con un policía, Abraham Abraham, protagonista. La primera novela, Expediente de desaparición fue publicada en castellano por Destino con el nombre de D.A. Mishani. Como la novela no vendió lo suficiente las otras dos de la trilogía se quedaron en el limbo. Quizá algún día se recuperen Posibilidad de violencia y El hombre que quería saber, pero no confíen demasiado en ello. No tuvo la misma suerte  en otros países. Por ejemplo en Suecia premiaron esa primera novela. Pero, por lo que sea, Mishani abandonó hace cinco años a su creación y se embarcó en un proyecto más complejo, sin abandonar el tema que tanto parece gustarle.

Tres es un thriller disfrazado de otra cosa. La primera parte cuenta la vida de una mujer divorciada que trata de rehacer su vida y coincide con un hombre con el que podría llegar a tener un interés romántico. El tipo parece interesante, es amable, no presiona, da posibilidades a que ella marque el ritmo de esa relación. Casi es una novela social aunque siempre esté por ahí la sombra de que algo oscuro oculta ese individuo. Sin duda influencia del “domestic noir” que parece que ahora ha bajado el pistón pero que hace pocos años era la bomba de la especialidad. La segunda parte nos muestra a otra mujer, muy diferente, emigrada desde Letonia que tiene un fuerte sentimiento de culpa, que se siente atrapada por una sociedad de la que no conoce ni el idioma y una religión minoritaria en el país. Por allí aparece el mismo tipo. Y luego llega la tercera parte y la mujer en este caso es una ejecutiva que trata de terminar su tesis y que lo hace en un café por donde aparece, efectivamente, nuestro inevitable seductor.

Están muy bien trazados los personajes centrales de esta novela, sobre todo las mujeres. El protagonista masculino es un poco más brumoso, menos definido, lo que le viene muy bien a la historia, aunque sabemos bastantes cosas de él. El autor utiliza algunas trampas para confundir al lector, sobre todo en la parte final, donde junto al nuevo romance también aparece la investigación. Pero, curiosamente esta es la parte más breve de todas. Esta es una novela que va creciendo poco a poco, que inquieta lo suficiente, aunque la narración de lo que ocurre, al margen de esa parte criminal que estamos esperando y que tarda en concretarse, es lo suficientemente interesante como para atraparnos. Y, sobre todo, este es un enorme fresco de la vida actual en Israel, un país algo hermético para nosotros, con una sociedad muy diferente a la nuestra, aunque podamos coincidir en los elementos más globalizados.

Me perdí en su momento Expediente de desaparición, y ahora lo lamento después de leer Tres. Así que, a partir de ahora trataré de seguir la pista de este autor que aporta una visión y un estilo diferentes al mundo de la novela criminal. No lo olviden se llama Dror Mishani y la novela se titula simplemente Tres.

Félix Linares

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