Las fabulosas historias salvajes de Joe Abercrombie

Leo poco más que aquello que corresponde a las entrevistas que tengo que hacer, así que me abstengo de buscar nuevos autores que es lo que de verdad me gusta, porque luego tengo unos clásicos de los que no puedo tampoco prescindir, en parte por satisfacción personal, en parte porque son aquellos que tienen mayor repercusión en YouTube. Es decir que soy un poco esclavo de las obligaciones y no cumplo con la de descubrir nuevos y maravillosos creadores que quizá no existan. Mientras pensamos en las múltiples posibilidades que nos proporciona la imaginación caigamos una vez más en lo seguro: Joe Abercrombie, un escritor de fantasía que tiene a la espalda una trilogía juvenil, la del Mar quebrado, y ocho volúmenes pertenecientes al universo de La primera ley, sin duda la obra que más fama, y presumiblemente dinero, le ha dado.

La serie consta de una primera trilogía que incluye los títulos La voz de las espadas, Antes de que los cuelguen y El último argumento los reyes. Además hay tres novelas independientes (La mejor venganza, Los héroes y Tierras rojas) y un libro de relatos, Filos mortales, que completan la visión sobre ese mundo. El año pasado se publicó Un poco de odio, ahora El problema de la paz y el año que viene lo hará La sabiduría de las multitudes, cerrando una segunda trilogía titulada La era de la locura. Para aclararnos, Abercrombie escribe lo que se conoce como Gridmark, es decir fantasía bruta, por decirlo sencillamente, ese género donde brilla George R.R. Martin y su Canción de hielo y fuego si seguís sus libros, o Juego de tronos si conocéis la serie de televisión. Es decir, se trata de fantasías más o menos medievales, bastante salvajes, con muchos muertos y mucha sangre y conspiraciones y traiciones y personajes brutales, implacables, mentirosos y en trance de tirar de cuchillo en cualquier momento. Si eres buen narrador la cosa funciona, si no el resultado es un pastiche.

Abercrombie es de los buenos. Aunque siempre cuente la misma historia tiene la habilidad de hacer que las situaciones sean ligeramente diferentes y hasta las batallas tengan otro sabor. Aquí hay una batalla contada de manera impresionista con breves flashes de diferentes personajes, por ejemplo. Pero también hace evolucionar sus escritos. En esta segunda trilogía hay una mayor presencia de personajes femeninos, y no solo madres de gobernantes tontos y/o belicosos, sino mujeres que ejercen su derecho a la batalla. También hay menos violencia y más conspiración. Y una deriva hacia la lucha de clases porque en este mundo medieval aparece una industrialización decimonónica. Por lo demás las mismas frases afiladas, las respuestas rápidas, las reacciones justificadas, los personajes coherentes, los giros de guión adecuados y la satisfacción de encontrarte en casa, disfrutando de muchas páginas (cada trilogía supera las dos mil) en territorio satisfactorio. Y esperando siempre una sorpresa al volver la página, aunque ya conozcamos al autor y creamos que dominamos su estilo.

Me gusta Abercrombie, lo grito para que no lo creáis un placer culpable. Se puede, se debe, decir lo que nos gusta a pesar de que esos gustos puedan parecer socialmente reprobables. Abercrombie me gusta, insisto. ME GUSTA.

 

Félix Linares

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