Fue como su padre, impenitente castigador de mujeres, exaltador de valores tradicionales, patriota de su patria mental de lugares diáfanos, bien definidos, amenazados por un extranjero difuso de malas influencias, hincha de pocas contemplaciones, hombre de paso seguro y trémolo vozarrón arado a base de puros habanos.
Como su padre un dÃa cambió el armario por el féretro sin que ninguno de los dos mostrara la menor fisura.
Roberto Moso