El comictario. Oleg, el retorno del mejor Frederik Peeters

Veinte años han pasado ya desde que el mundo del cómic se vio sacudido por la publicación de la novela gráfica Píldoras azules, del autor suizo Frederik Peeters. Una obra inolvidable sobre un tema universal, el amor, pero elaborada desde una perspectiva insólita: el amor y la relación de pareja bajo la sombra del sida. Aquel romance a contracorriente, emotivo, tierno y sincero entre Fred y Cati supuso el reconocimiento internacional para su autor Frederik Peeters y, desde entonces, cada obra que ha ido publicando es recibida como un acontecimiento. Cierto es que Peeters ha tenido altibajos, pero su talento es indiscutible y aquí está su nuevo trabajo para confirmarlo.

Dos décadas después de Píldoras azules Peeters vuelve a abordar esa cuestión que tanto le preocupa, el amor en pareja, y lo hace retratándose a sí mismo en el personaje protagonista, un autor de cómics llamado Oleg que comparte su vida con su esposa Alix y su hija adolescente Elena. Oleg es un cuarentón vegetariano, preocupado por el cambio climático y la destrucción del medio natural, prefiere el cine clásico en pantalla grande, se desplaza en bicicleta, observa desolado cómo a su alrededor la gente está pegada a los teléfonos móviles y a las tablets y descarga tensiones nadando cada día en la piscina. Su carrera profesional va bien, sus cómics tienen éxito y siempre está preparando algo nuevo, aunque tiene que lidiar con las muchas preguntas que le hacen sobre si va a publicar una segunda parte de su obra El reparto del mundo, que podemos identificar fácilmente con Píldoras azules.

Y en este devenir cotidiano irrumpe el sobresalto: Alix, su pareja, sufre un ictus y, de repente, Oleg ve tambalearse todo a su alrededor. Alix es su amor, su compañera, su equilibrio, y la sola perspectiva de perderla se le hace insoportable. En las páginas del cómic vemos una mezcla de sueños y mundos fantásticos imaginados por Oleg, un torbellino que se calma con la recuperación de Alix y la vuelta a la normalidad, con pequeños detalles como un audífono que recuerda las secuelas del ictus. Termina la historia y la vida sigue. Y habrá más cómics. Y quién sabe si una nueva entrega de la vida familiar de Frederik Peeters cuyo dibujo, por cierto, es magnífico. Su estilo es inconfundible, pero sorprende ver su evolución si comparamos su obra actual con Píldoras azules.

Buena oportunidad para recuperar ese título mítico, y disfrutarlo de forma paralela con la lectura de Oleg, la nueva novela gráfica de Frederik Peeters, publicada en castellano por la editorial vasca Astiberri. No os la perdáis.

Iñaki Calvo

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *