La habitación propia de Xabier Lete, un caso de Ainhoa Urien

Cuando tenía catorce años,  Ainhoa Urien Telletxe recibió de manos de su madre un regalo que iba a tener una gran trascendencia: el poemario Egunsentiaren esku izoztuak. Para la joven, que había empezado también a volcar sus miedos y angustias en el papel, los versos de Xabier Lete supusieron un fogonazo, y prendió la fascinación por la obra del genial poeta de Oiartzun. Ainhoa emprendió así una investigación que ha durado diez años –imagino que, además, aún seguirá en marcha de alguna manera- y que ha tenido varias etapas. Por un lado, elaboró su trabajo de Fin de Grado de la licenciatura de Filosofía sobre la capacidad terapéutica de la creación, tomando la obra de Lete como base principal. Fue entonces cuando Joxerra Garzia la animó a llevar ese trabajo de “la academia a la plaza” y ahí empieza una segunda transformación de una misma obsesión porque Urien se matriculo en el máster de la Universidad de Mondragón sobre la transmisión de la cultura vasca.

La autora, que se interesó primero por la poesía de Lete y luego por el poeta y por la persona, absorbió todo lo que pudo de su legado, ya fuera en forma de conferencia, entrevista, disco o libro y se entrevistó además con varias personas que había conocido de cerca al autor de Xalbadorren heriotzean. Esas conversaciones van estructurando este segundo trabajo que ha sido publicado por Pamiela bajo el título Poesia, zaurien ukendu. Xabier Leteren arrastoan. Entre las personas con las que Urien se entrevistó cabe mencionar al músico Joxan Goikoetxea, al escritor Jose Angel Irigarai,  a los médicos del Hospital Donostia, Félix Zubia y Anjel Mendia, a Arantxa, la hermana de Xabier, y a Santiaga, Santi, que fue durante mucho tiempo empleada del hogar de Lete e Iriondo. Precisamente, su testimonio, impregnado de una poética involuntaria, ha sido uno de los que más me ha conmovido.

Poesia, zaurien ukendu aúna un conocimiento hondo de la obra de Lete con un acercamiento emocional a la persona, transmitido todo con un tono cercano, a veces confidencial, a veces memorístico, siempre con el respeto que da la admiración: “(…) ez diogu merezi duen besteko estimurik Xabier Leteren opariari. Bizitza argitzeko eta azaltzeko poesía erabili zuen; hitzak erregalatu zizkigun, eta hitzen bidez eraikitako mundo oso bat eskaini. Hor betirako finkatua dagoen Bianditz mendiaren moduko poetika bat da Letek uzten diguna: handia, solidoa, denboran iraungo duena”.

Txani Rodríguez

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