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Compota de Navidad

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En estas fechas, todo el mundo se encuentra inmerso en los preparativos navideños. Parte importante de estos festejos son los menús para estos días tan señalados, por eso, a partir de ahora,  voy a ir poniendo una serie de postres tradicionales vascos de Navidad.

Quiero comenzar con una compota navideña, postre que no falta en muchísimos hogares vascos para celebrar los principales días de la Navidad. Al menos en mi casa siempre está presente, por la parte navarra de la familia, que incluso le da un particular nombre: “Manzanate“.

Existen muchas variantes en la forma de elaboración, tantas como hogares en las que se realiza. Yo os dejo esta versión, la mía. Una mezcla de esa fórmula tradicional navarra y de algunas variantes introducidas.

COMPOTA NAVIDEÑA

 

INTRODUCCIÓN:

La compota de fruta, es la cocción en almíbar (agua y azúcar) junto con especias al gusto, que variarán según la zona, de una o varias frutas troceadas.

Estas frutas pueden ser frescas o secas, o una mezcla de ambas (entonces se denominará “compota navideña”).

El punto de cocción de la fruta dependerá de cada uno, desde la cocción “al dente” casi dura y dejando enteros trozos de las frutas hasta dejarla hecha casi puré y “requemándola” para que le dé un sabor acaramelado.

Dependerá también del gusto personal la adición de algún licor, normalmente al finad de la cocción y en pequeña cantidad.

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INGREDIENTES:

· 1 kg. de manzanas ( reineta o golden)

· 1 kg. de peras de invierno (conferencia)

· 200 gr. de ciruelas pasas

· 150 gr. de orejones de albaricoque

· 150 gr. de higos secos

· 150 gr. uvas pasas

· 1 palo de canela

· piel de limón

· 400 gr. de azúcar

· anises en grano

· canela en polvo

· cardamomo (opcional)

· 750 ml. de agua

ELABORACIÓN:

Se pela la fruta y se trocea. Se puede cascar como si fuesen patatas, o darle forma, bolas, dados, etc.

Se pone la fruta en una cazuela de tamaño apropiado junto con el azúcar , la canela, las especias utilizadas y la cáscara de limón.

*** Para que no nos aparezcan los anises ni la piel del limón en la compota, lo que hago es hacer un atillo con una gasa limpia, en la que pongo los anises, el cardamomo y las pieles del limón, se ata bien y se introduce el saquito en la cazuela, cuando termina la cocción solamente hay que retirarlo.

Se cubre con el agua. La cantidad de agua puede variar entre 750 ml. a 1 litro (dependiendo si nos gusta un poco más líquido o no).

Se deja cocer suavemente ( es importante que la cocción sea lenta y suave, NO a borbotones), hasta que la fruta esté blanda y el conjunto haya espesado. Este proceso nos llevará algo más de una hora.

Una vez fría, se puede conservar bien tapada en la cámara por lo menos 5 ó 6 días.

*** La compota se toma fría o caliente según gustos, y si se desea se puede espolvorear con almendras.

*** En mi caso la dejo tal cual y está riquísima.

*** La compota es típica de Navidad, pero se puede consumir en cualquier fecha del año.

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Rosquillas de naranja y vainilla

Esta semana he estado preparando rosquillas. En mi casa gustan mucho y a mí es uno de los dulces de sartén que más me gusta hacer. En el blog tengo varias recetas, todas ellas muy ricas y diferentes, pero con esta receta creo que he conseguido hacer las rosquillas que andaba buscando, esponjosas, ricas y muy bonitas a la vista.
La receta la he hecho ,un poco, con los ingredientes que me gustan, en cantidades razonables y el hecho de añadirle un sobre de pudin de vainilla le da un toque distinto que le sienta muy bien.
Si os gustan las rosquillas tanto como a mí, no dudeis en prepararlas así y luego……¡ya me contareis!

ROSQUILLAS DE NARANJA Y VAINILLA
INGREDIENTES:

. 3 huevos
. 1 vasito de aceite frito (125 gr.)
. 1 vasito de zumo de naranja (125 gr.)
. 1 vasito de azúcar (125 gr.)
. ralladura de naranja y limón
. 1 sobre de pudin de vainilla ( de venta en Lidl)
. 1 cucharadita de esencia de vainilla
. 3 sobres dobles de gaseosas
. anís en grano (matalahúga)
. harina, la que admita
. azúcar y canela para rebozar


ELABORACIÓN:

En primer lugar, se pone a calentar el aceite en una sartén con la piel del limón (solamente la parte amarilla, ya que la blanca amarga). Una vez que está frita la cáscara de limón, se retira la sartén del fuego y se echa una cucharada de anises y se deja enfriar la infusión, para que el aceite tome los aromas del limón y de los anises.
Se cascan los tres huevos en un bol y se baten con una batidora eléctrica de varillas hasta que estén espumosos, se añade el vaso de azúcar y se continúa batiendo hasta que la mezcla esté cremosa y de color blanquecino.
Se añaden las ralladuras de naranja y limón y la vainilla líquida. Se vierte el vasito de aceite colado, frito y frío y se continúa batiendo, seguidamente se echa el vaso de zumo de naranja y se mezcla.
En este punto tendremos una masa bastante líquida, dejamos de lado la batidora eléctrica y comenzamos a mezclar con las varillas manuales, se comienza incorporando el sobre de pudin de vainilla, seguidamente vamos echando harina tamizada y los sobres de gaseosas y mezclando con las varillas. Llegará un punto en que no podamos seguir mezclando con las varillas y tendremos que usar las manos.
La cantidad de harina es orientativa, cuando veamos que la masa se va espesando, iremos incorporando la harina en pequeñas cantidades para no pasarnos y dejar una masa demasiado dura. La consistencia ideal de la masa es “blandonga”, una masa algo difícil de modelar, y será necesaro untarnos las manos con aceite para poder formarlas.
FORMADO de las rosquillas: Lo ideal para trabajar esta masa es dejarla reposar una vez que la tenemos lista durante ½ hora. Después se irán cogiendo porciones del tamaño de una nuez y se formará una bola, se mete el dedo pulgar e índice en el centro y se le hace un agujero, se van dejando las rosquillas formadas sobre la encimera (que previamente habremos pincelado con aceite), con un cuchillo se les da unos cortes alrededor de cada rosquilla (esto se hace para que se abran y crezcan durante la fritura).
En una sartén profunda, se calienta abundante aceite de girasol, se van friendo las rosquillas en tandas de cuatro. Al principio irán al fondo, pero rápidamente subirán a la superficie, se esponjarán y crecerán. Una vez que están doradas por ambos lados, se sacan a una bandeja con papel absorbente para eliminar el exceso de aceite, aún en caliente se rebozan en canela y azúcar al gusto.
*** en caso de que no queramos rebozarlas, se doblará la cantidad de azúcar inicial, o sea , en vez de un vasito de azúcar (125 gr), se pondrán dos (250 gr).
*** la correcta temperatura del aceite es MUY importante para el resultado final del producto. Deberá estar caliente pero no demasiado, ya que con un aceite muy caliente lo que ocurre es que se queman rápidamente por fuera, pero quedan crudas por dentro. Por el contrario, si tenemos el aceite demasiado frío, las rosquillas tardan en hacerse pero absorben mucho aceite, consiguiendo unas roscas aceitosas y poco agradables al paladar.
Por lo tanto, el conseguir el punto ideal de temperatura es MUY importante para lograr unas rosquillas jugosas, doradas por fuera, esponjosas, bien hechas por dentro y nada aceitosas.

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