Tarta espiral de fresas y almendra

Una sencilla y vistosa tarta; Lo original de esta tarta es su montaje en forma de espiral, lo cual, ya de por sí, conforma la decoración de la tarta y luego también, el corte.

Se pueden hacer múltiples variantes de la tarta, en cuanto a frutas y rellenos. El bizcocho y su receta, es de los de tener muy en cuenta a la hora de elaborar planchas para brazos de gitano, troncos de navidad.. ya que es muy flexible y no da ningún problema…

TARTA ESPIRAL DE FRESAS Y ALMENDRA

INGREDIENTES:

PARA LA BASE DE BIZCOCHO:

  • 1 cup de harina de repostería
  • 1 cup de azúcar
  • 1 cucharadita de levadura química tipo Royal
  • ½ cucharadita de sal
  • ½ cup de aceite de girasol
  • ¼ cup de agua
  • 4 yemas de huevo a temperatura ambiente
  • 6 claras de huevo a temperatura ambiente
  • 1 cucharadita de extracto de vainilla
  • 1 cucharadita de extracto de almendra amarga

PARA EL RELLENO:

  • ½ l. de nata de montar (35% m.g)
  • 200 gr. de chocolate de cobertura (min. 52% cacao)
  • Fresas cortadas en trozos
  • Almendras fileteadas tostadas
  • Trocitos de chocolate

ELABORACIÓN:

 

En primer lugar, preparamos una plancha de hornear de 12 x 18 inch. La engrasamos con mantequilla y ajustamos una hoja de horno sobre toda la bandeja. Esta hoja, la volvemos a engrasar con mantequilla y espolvoreamos un poco de harina. No obviar este paso, ya que es imprescindible para que luego podamos montar el pastel correctamente.

Por otro lado, en un bol amplio echamos los ingredientes sólidos, es decir, la harina tamizada, ¾ de cup de azúcar (reservamos ¼ para montar posteriormente las claras), la sal y la levadura química.

En un bol pequeño mezclamos el aceite, el agua, las yemas de huevo y los extractos (tanto de vainilla como de almendra).

En un robot batidor tipo Kitchen Aid o similar (batidora de varillas) ponemos las claras con un chorrito de zumo de limón o crémor tártaro y comenzamos a batir las claras a velocidad media, cuando vemos que están un poco montadas (formando picos suaves) vamos añadiendo el azúcar a cucharadas, poco a poco, hasta acabar. Subimos la velocidad del batido y batimos a alta velocidad hasta que esté bien montada, a punto de nieve, formando picos fuertes. Reservamos.

Echamos la mezcla de yemas sobre los ingredientes secos y mezclamos con una espátula de silicona hasta que esté totalmente integrado y mezclado.

Añadimos 1/3 de las claras montadas y se las incorporamos al batido suavemente procurando no sobrebatir y evitando que se nos baje la preparación. En dos veces, añadimos el resto de las claras de la misma forma, suavemente, con movimientos envolventes.

Volcamos la masa de bizcocho sobre la bandeja que tenemos preparada y alisamos la superficie para que nos quede totalmente igualada.

Procedemos a hornear. En horno precalentado a 200 grados, metemos la bandeja en el centro del horno y bajamos la temperatura a 190 grados con calor arriba-abajo. Dejamos unos 18/28 minutos hasta que coge un tono dorado suave y vemos que al tacto, se hunde un poco y vuelve a su sitio.(que está mullido).

Sacamos del horno y dejamos enfriar sobre una rejilla.

RELLENO:

                En este caso, he optado por rellenarla con un chantillí de chocolate cocido. Para ello, el día anterior al montaje del pastel, he puesto al fuego a hervir el medio litro de nata. Una vez que ha hervido, lo he retirado del fuego y le he incorporado el chocolate de cobertura (previamente troceado), lo he dejado unos minutos y después, con unas varillas manuales, he removido hasta que se ha deshecho totalmente en la nata. Se deja enfriar a temperatura ambiente y después, se mete en la nevera para que se enfríe, un mínimo de 12 horas. (toda la noche).

Al día siguiente, procedemos a montar la mezcla de nata-chocolate como si se tratase de nata montada, es decir, con batidora de varillas primero a velocidad media-baja (para no salpicar) y según vaya cogiendo consistencia, se aumenta la velocidad hasta que esté perfectamente montada, que se mantenga y no decaiga.

MONTAJE DE LA TARTA

                En primer lugar, con la regla, medimos la plancha de bizcocho (igual necesitamos recortar un poco los bordes para que quede perfectamente igualado. –ya que luego se verá al formar la espiral). Dividimos la plancha en 5 tiras del mismo tamaño y al recortar, recortamos también el papel de horno que le corresponde a cada tira, ya que luego nos facilitará el montaje de la espiral.

Una vez hecho esto, procedemos a extender la nata montada de chocolate sobre la plancha de bizcocho, reservando una parte para decorar el contorno de la tarta. La alisamos bien y distribuimos las fresas troceadas (previamente las habremos lavado, cortado y secado bien), también espolvoreamos unas láminas de almendra y trocitos de chocolate (opcional). Presionamos bien las fresas sobre la nata, para que se medio introduzcan en la nata.

***Es importante secar bien las fresas ya que si luego sueltan agua, nos pueden arruinar el pastel. Para ello, conviene cortarlas unas horas antes y poner los trozos sobre papel de cocina y cubrir con más papel de cocina para que absorba todo el agua.

Procedemos al montaje, para ello colocamos la bandeja o plato donde serviremos la tarta. En el centro cogemos una tira de las 5 que tenemos y la vamos enrollando sobre sí misma formando una espirar, nos acompañamos y ayudamos del papel de horno para ir formando la espiral. Con las manos, ajustamos presionando para que no queden huecos y quede bien firme y en el centro. Vamos añadiendo el resto de tiras alrededor de esa primera espiral hasta terminar con las 5 tiras. Siempre presionando con las manos y ajustando bien el bizcocho. Una vez que lo tenemos, cubrimos los laterales con la nata que tenemos reservada, de forma grosera, dándole forma de onda con el reverso de una cuchara.

Espolvoreamos alguna lámina de almendra y alguna viruta de chocolate sobre la superficie y en el resto de la bandeja de servir.

Metemos en la nevera un mínimo de 1 hora para que se asiente la nata y el bizcocho.

***Esta receta está inspirada en ésta de “Sugarhero”, en el original, está hecho con frambuesas en lugar de fresas, pero yo, aprovechando la temporada de fresas, he sustituido una fruta por otra. Se podría hacer con cualquier fruta que nos guste. Aunque con frutas del bosque frescas (nunca congeladas) quedará perfecta.