Hoy no os traigo receta, os escribo desde la dehesa cacereña, durmiendo rodeada de grillos, toros de lidia, zorros, conejos….

Aquí estoy rodeada de nada y de todo a la vez, un poco muerta de miedo entre tanto bicho y tanta naturaleza pero a la vez encantada de poder disfrutarlo. Si, viajo en furgoneta, desde hace un añito que la tenemos y no ha hecho más que darnos satisfacciones. Está viejita la pobre, pero hemos dormido en sitios donde ni el mejor hotel de 5* podría competir, sin que nadie te moleste. He cenado con vino y me he tomado unas copas y he dormido en medio de la ciudad sin necesidad de coger el coche, pero sobre todo tengo la libertad de poder decidir donde viajo a cada km del camino, sin ningún tipo de ataduras….y esto es increíble.

La semana pasada decidimos que nos vendríamos a Extremadura a pasar nuestras vacaciones de Semana Santa, todo ha ido un poco a galope y no nos ha dado tiempo de preparar nada en condiciones, ni tan siquiera me dio tiempo a deciros que cerraba el blog por vacaciones durante unos días, así que como os decía, aquí me tenéis en mitad de la dehesa redactando el post de hoy.

Nos hemos recorrido Extremadura, casi de norte a sur completamente pero no de este a oeste, no hemos visitado mucho pero sí lo que nos han dicho que era lo esencial, el valle del Jerte, Plasencia, Cáceres, Trujillo, Mérida, la dehesa…y mañana visitaremos Salamanca durante todo el día acompañados de mi amiga Sara, una salmantina excepcional a la que tengo unas ganas terribles de dar un achuchón. En el facebook, en el apartado de las fotos de los lectores, podréis ver que se anima con casi todas las recetas que os propongo, desde las patatas con níscalos hasta las magdalenas de mantequilla….es una máquina¡

Gastronómicamente hablando Extremadura nos ofrece infinidad de productos, desde un embutido excelente, una carne maravillosa, los famosos quesos de “La torta del Casar” entre otros, grandes aceites, los iberitos que están tan de moda….en fín que en esta comunidad no pasaremos hambre.

Y su gente? Esto ya sí que no tengo palabras para describirlo, ha sido increíble la amabilidad de todos y cada uno de los extremeños con los que nos hemos topado, te hacen sentir como un rey en cada momento. Recuerdo mi viaje a Vietnam de hace dos años cuando me decían que iba a viajar al país de las sonrisas, y realmente era cierto, pero sinceramente os digo que no hace falta irse tan lejos para conocer a gente tan agradable, todo lo que diga es poco de los extremeños, muchas gracias¡

En esta fotos podéis ver como ni el mejor hotel puede competir con “la furgo”, un picnic en plena dehesa con una tabla de embutidos ibéricos, un queso de cabra de quitar el hipo, unas tostaditas de una mezcla de tomate, ajo y olivas, uno de los iberitos que más fama tienen y un buen pan¡ De verdad os digo que no cambio esta comida por un menú o unas tapitas rodeada de turistas. La verdad es que en este caso es una receta con una elaboración realmente sencilla, solo hay que estar en el momento oportuno en el sitio adecuado 😉

Espero que os haya gustado, os animo a todos a viajar a Extremadura, quizás no sea una comunidad con una gran riqueza arquitectónica, no tenga los mejores museos, ni las casas más impresionantes, ni tan si quiera playa, pero tiene su cultura, su salero, su gente, Mérida, sus paisajes de la dehesa, su gastronomía, sus pueblos….en fin bien merece un puente de al menos cuatro días para disfrutarla.

Pruébalo y ya me contarás,

¡On egin!