Koldo Zubimendi (Erandio, 24 años) e Iker Iriondo (Andoain, 24 años) son dos montañeros que se fueron al Cho-Oyu (8.201 m) por su cuenta, sin casi apoyos económicos. En la ascensión no utilizaron ni oxigeno ni ayuda externa.

Koldo alcanzo la cima el 1 de octubre a la una del mediodía. El 13 de octubre estaba con nosotros en la Casa de la Palabra. Llego con muletas pues tenia congelaciones de segundo grado en los dedos de una pierna.

Su compañero Iker también ha tenido congelaciones, menores, de primer grado. Quiso venir al programa pero cuando subió al coche se dio cuenta que no podía conducir.

Koldo nos describió la marcha de aproximación por el valle de Kodari. Como le afecto el mal de altura los primeros días en el campo base. Como aguantaron nueve días sin salir de la tienda por el mal tiempo y como por fin tiraron para arriba. Partieron del campo 2 (7.100m) a las 11,30 de la madrugada. Koldo tenia nauseas por el mal de altura e Iker se sentía débil. Estuvieron media hora discutiendo si regresaban o continuaban. Koldo decidió subir solo. Tras pasar las tres rampas características del Cho Oyu, en la ultima tuvo que andar como media hora por una planicie a 8.200 metros de altitud, diviso el Everest, prueba de que habia alcanzado la cima. Alli permanecio durente 45 minutos extasiado por las vistas del Everest, Lotshe y Makalu.

Sabia que el descenso iba a ser más peligroso. Un italiano que estaba en la cima le pidio que le ayudara pues se encontraba deshidratado. Fue un descenso largo y lento pero termino felizmente a pesar de las congelaciones.

Esta es la historia de dos jóvenes que sin medios y mucha ilusión alcanzaron la cima de un ocho mil.

El jueves 20 de octubre darán una charla en Astabudua (Bizkaia) a las 7,30 de la tarde.