Mikel Essery. Entender el mundo con una mochila al hombro

Tengo una mala mañana y eso que dentro de muy pocas horas parto de viaje. Uno de esos viajes soñados durante todo el año. A media tarde marcho dirección a Oriente Medio con mi familia. Tenia que estar eufórico pero cuando me he levantado a las 08:15 de la mañana en el programa "Boulevard" he escuchado los nombres de los fallecidos en el atentado a los turistas vascos y catalanes en Yemen. Entre ellos, esta Mikel Essery al que le he entrevistado en "Levando Anclas" numerosas veces desde los años 80.

  

En el articulo anterior de este mismo blog he hecho un pequeño recordatorio. Ahora os transcribo una entrevista que publique en el 2000 en el diario Gara basado en una entrevista para Levando Anclas.

MIKEL ESERY.
ENTENDER EL MUNDO CON UNA MOCHILA AL HOMBRO

Mikel Esery, nacido en Zarautz, ha regresado de pasar el verano en el norte de Pakistán. Desde allí su voz se hizo familiar durante unos días pues fue quien transmitió a diferentes medios las incidencias que prosiguieron al accidente mortal de Felix Iñurrategi. Junto con otros montañeros, compañeros de la agencia de viajes Banoa, a la que pertenece, facilitaron el rápido regreso de Alberto Iñurrategi a pesar del fuerte monzón reinante. Este ha sido uno de los momentos vividos con más intensidad de los quince años que lleva de andanzas como guía turístico y viajero. Trayectoria que tiene su origen cuando quiso comprobar sobre el terreno los procesos revolucionarios de Nicaragua, Irlanda y Palestina. Fue en 1985
cuando por primera vez hizo de guía de viajes con el costa a costa de Estados Unidos en una autocaravana. A partir de ahí pidió una excedencia en su trabajo como maestro durante diez años (85 – 94). En transportes locales conoció India, el sudeste asiático, con preferencia por Indonesia, Filipinas, para dar el salto en el 92 a Patagonia y Brasil, de este país es su compañera y en el se asentó durante una temporada. Fue en Cáceres, a la orilla del río Paraguay en el Mato Grosso. Ahora da clases de ingles en la escuela de Berastegi pero cuando tiene libre sale a cargar pilas, además de la necesidad que siente por volver Asia su mochila ha trotado por Yemen, Libia, Namibia, Botswana, Zimbabwe, Malawi y sobre todo Mozambique donde se ha identificado con su población.

– ¿Qué supuso el encuentro con la India para que cambiara en buena parte tu vida?

M. – Deje el trabajo pues la India era un mundo muy atrayente en el que había mucho para aprender. Me tiraba cada temporada unos siete meses, terminaba de trabajar con los grupos y luego en autobús y tren me iba por mi cuenta, anduve de arriba abajo, desde el Himalaya hasta Sri Lanka.

-Té has tirado una década moviéndote de un lugar a otro, ¿cómo resulto llevar tanto trote?

M.- Nunca paraba, siempre estaba en marcha. Una vez, como excepción, estuve un mes en el lago Toba en Sumatra. Si tenia un mes libre en Filipinas me bajaba de Manila a Mindanao en barcos, parando en donde más me apetecía, ya podía ser en Legazpi o en el Tolosa filipino.

– ¿Cómo lo llevabas estar sin hogar y lejos de las raíces?

M.- Es cansado no tener un hogar durante diez años, afectivamente te desequilibra. Estas de “solana” , no tienes relaciones permanentes, he estado sin compañera, ni colegas, un poco a mi aire.

– ¿Qué ganas a cambio?

M.- En apreciar a la gente, como viven, trabajan. En Asia son muy abiertos, amables, te dan mucha paz y tranquilidad. Ten en cuenta que es un continente de campesinos, ves todo el proceso de cultivo, como miman y limpian la tierra para recoger posteriormente la cosecha, la moldean como si fuera una escultura. Esos arrozales, esos valles tan currados atravesados por ríos en donde los lugareños realizan todo tipo de actividades a la intemperie, en contacto con la naturaleza, me da fuerza y chispa, es una vía de conocimiento directo. Me gusta informarme, saber de las cuestiones sociales y culturales, es como una universidad viviente. Me transformo en una especie de metamorfosis ambulante que se enriquece según relleno las fichas de ese puzzle geográfico que es el mundo.

-¿Te has metamorfoseado allí en donde has caído?

M.- Me es fácil porque me gusta la gente, me encariño con ella. Cuando voy con los turistas me sucede lo mismo, lo que más quiero son los choferes que contratamos o los tipos que nos reciben en los hospedajes.

– ¿Qué te llevo a residir en Brasil?

M.- En 1991 con unos amigos fundamos Banoa. Al año siguiente fui por primera vez a Sudamérica, a Brasil y Patagonia. Conocí a mi mujer y al poco tiempo regrese para estar con ella, pase de todo, de Banoa y lo que hiciera falta. En el Mato Grosso estaba un vizcaino de Gorliz, Josu Bilbao que hizo una travesía desde el Orinoco hasta el Paraná durante un año, después de bajar todo el río Paraguay paro en Cáceres, entablo amistad con Silvino un sestaotarra calderero que vive allí hace 40 años, ambos construían un barco para montar un negocio turístico por el río. Nos fuimos para allá, les ayudamos a terminarlo y a reconstruir la casa de Josu comida por la maleza. Prepare un viaje y vinieron tres grupos de Banoa con los que bajábamos por el río Paraguay, con eso sobrevi aquel año.

– ¿Cómo pasaban los días en Cáceres, a las puertas del Pantanal una de las grandes maravillas de la naturaleza sudamericana?.

M.- Una bicicleta vieja, mis sandalias, mi pantalón corto, un calorazo del carajo, muchos mosquitos, mucha humedad y tranquilito. Vida de colores, pájaros y reptiles, así es el Pantanal. A orillas del río Paraguay vivía con mi mujer, mi cría y allí nació el pequeño.

– Se te acabo la excedencia de los diez años pero no has parado de viajar. Entre otros lugares te ha impactado Mozambique.

M.- Estando en Zimbabwe me aconsejaron que pasara a Mozambique y me fui en tren hasta la frontera, la cruce a pata, agarre el primer autobusito y enseguida me dio un punto pues como yo hablo portugués y la música sonaba medio brasileira entendía todo. Además me encontré con gente de raza India del estado de Guyarat que emigraron por toda la costa africana desde Sudáfrica hasta Kenia, entonces al toparme con esa simbiosis con dos países tan queridos para mi como Brasil e India, flipe, nunca me habría imaginado a uno de Delhi “falando” portugués. Esto unido a que me contaron la historía reciente del país hizo que me encariñara. Al volver a Zimbabwe conecte con un sudafricano que tenia unos camiones, trazamos un itinerario y conseguimos llevar un grupo el año pasado. Fuimos por tierra de nadie, lejos de cualquier rasgo de modernidad, posguerra total. Por no haber no había ni leña, ni agricultura ya que era territorio minado. Atravesamos todo el norte de Mozambique hasta Pemba y las islas de Ibo y Querimba. Ves paisajes de baobas e “inselberg” que son montañas islas de granito que se levantan en medio de la sabana.

– Este año te toco ir a Pakistán y mientras hacías los preparativos antes de que llegara el primer grupo de viajeros ocurrió la lamentable perdida de Félix en el Gashembrun, ¿cómo se desarrollan los sucesos a partir de ahí y cual es tu cometido?

M.- Nos lanzamos cuando supimos la noticia de que Félix se había caído. En un par de horas decidimos que debíamos alquilar el primer helicóptero que pudiéramos para ir a buscar a Alberto. Dentro de la desgracia fue una suerte que coincidiera en la zona varios montañeros que han trabajando con nosotros como José Carlos Tamayo e Iñaki San Vicente que se encontraban en el campamento base filmando para el Filo de lo Imposible, le echaron una mano a Alberto para protegerlo y animarlo pues bajo hecho polvo, también se encontraba Jon Lazkano y su compañera More Escribano que llevaban tres meses en el país. Al día siguiente llego Kike de Pablo con un fajo de periódicos que mostraban en primera página el retrato de Felix Iñurrategi, nos servio de testimonio para que las autoridades se dieran cuenta del gran alcance que tenia el acontecimiento. Fue alucinante tener seis periódicos con portadas de Felix. Me metí en una oficina en la que puedes demorar cuatro días y al ver aquello se pusieron a mover todos los resortes rápidamente, más tarde la compañía aérea PIA no dio todas las facilidades. A la mañana siguiente de conocer la noticia estábamos en la agencia privada de helicópteros del ejercito pakistaní, Jon Lazkano fue para arriba pero el monzón era muy fuerte, tanto que el rió Indo borro del mapa el pueblo más cercano al accidente. De manera que se tardo dos días y medio en subir hasta Skardu y de allí al campo base. A la madrugada siguiente Alberto tenia ya el pasaje del primer avión que despego para Sondika.

ROGE BLASCO. 10 de Septiembre 2000.

 

Todo nuestro cariño para los familiares y amigos de Mikel Essery. Lo mismo para Maggi Alvarez Calleja. Y para los heridos Eva Mª de Mena Fuentenebro, Estibaliz Díez del Rio, Mª Begoña Larrabeti  y Mª Asun Vitorica.

1 thought on “Mikel Essery. Entender el mundo con una mochila al hombro

  1. luis knoerr

    al leer esto me he emocionado.conocia a mikel desde de los 10 años.amigos y de la misma cuadrilla de zarauz,de aquellos veranos de 3 meses.me vienen los recuerdos infantiles,aquellas carreras que haciamos enfrente de txoko maite,donde vivia.aquellos partidos de futbol en la playa.era tan buen ciclista y futbolista como persona.con 18-19 años empezo a ir al extranjero a trabajar en verano con los emigrantes españoles.siempre con su preocupacion social y por los demas.recuerdo las innumerables tardes en que todos venian a mi casa a ver el tour y mikel siempre se enrollaba con mi padre a hablar de todo,del equipo ciclista ,de la real y a jugar al chinchon.con sus viajes perdimos mucho el contacto pero nos veiamos de vez en cuando.le apreciaba y le queria a pesar de las veces que me dejo de rueda subiendo en bici de zarauz a aia donde ahora reposa para siempre.mikel,siempre estaras en mi recuerdo

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