Begoña Tello, Ana González y Joseba Vélez. Ulam Bator Pekín en bicicleta

Una de las aventuras que escucharemos este domingo (5-8-2007) en Levando Anclas se desarrollara en el Asia Central. Seis aficionados a la montaña se pusieron el objetivo de recorrer en bici la distancia que hay de Ulam Bator, la capital de Mongolia a Pekín. Tras 22 días y 1.400 kilómetros lograron el objetivo de sacarse una foto en la plaza de Tianamen. Antes tuvieron que superar el constante viento contrario en Mongolia, el calor del desierto de Gobi y un tifón en China.

  

En Levando Anclas nos contaran su aventura Begoña Tello de Mungia, Ana González de Sopelana y Joseba Vélez del Valle de Trapaga. Junto con Genma y Fernando de Vitoria – Gasteiz y Patxi Lopez de Tolosa se fueron en avión hasta Pekín. Allí cogieron el Transmongoliano hasta Ulam Bator. En la capital de Mongolia comenzaron a pedalear dirección China.

El alma mater del viaje fue Patxi López, el único que tenia experiencia en viajes en bici. Hizo la Patagonia, Mali y Burkina. Argelia, Marruecos… En alguna ocasión le entrevistamos para Levando Anclas. Esta vez quería compartir camino con sus amigos montañeros. Pensaron bordear las orillas del río Níger pero había una gran hambruna en la zona y decidieron, tras escuchar en una entrevista a Edurne Pasaban que quería ir en bici de Mongolia China, cambiar por este destino. El primer problema fue encontrar información. Begoña se puso en contacto con Levando Anclas y a su vez yo le remití al aventurero tolosarra Ángel Cuerdo que había cruzado Mongolia a caballo.

Llenos de ilusión se compraron las bicis y se entrenaron durante semanas. Trazaron una ruta paralelea a la vía del ferrocarril Transmongoliano. Uno de los obstáculos a salvar era como cargar los vivieres para cruzar el desierto de Gobi durante ocho días. Optaron por contratar en Ulam Bator una furgoneta de apoyo. La empresa era de un muchacho cubano casado con una nativa.

En la segunda jornada Genma se cayo. Prosiguieron pero finalmente ella y Fernando abandonaron en mitad del desierto. Cogieron el tren nocturno que les llevo directamente a Pekín.

La parte de Mongolia se les hizo duro, porque gran parte del recorrido fueron pistas y además el viento les soplo a la contra, a veces se hacia desesperante. En cierta ocasión pasaron tanto calor que pidieron permiso de asilo en una yurta de nómadas de la estepa.

Después de 450 kilómetros de pista alcanzaron la frontera China. Para ellos fue un alivio, se encontraron con el asfalto y a partir de aquí todo fue más fácil. Aunque les engancho un tifón y tuvieron que refugiarse en una gasolinera. En la localidad de Badalin cruzaron la Muralla China. Después de tanto esfuerzo, lloros y alegrías llegaron a la Plaza de Tianamen. Tenían ilusión de sacarse una foto junto al retrato de Mao pero lo habían retirado, por ello el final no dejo de ser emocionante.

Para más información: btello@irakasle.net

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