Silvia, Juanjo y Toño Hernández tres hermanos ganaderos denuncian el fin de la trashumancia

Silvia, Juanjo y Toño Hernández son ganaderos por tradición familiar. Practicantes de la trashumancia. Sus vacas de raza rubia gallega y asturiana, partían en diciembre de la Sierra de Gredos en Ávila camino a Extremadura y regresaban a finales de junio. En la Casa de la Palabra (19/2/2008) nos presentaron su manifiesto “Ganaderos. Especie en extinción”. Desde la comarca de El Barco de Ávila denunciaron de las múltiples trabas impuestas por la administración que pueden terminar con este antiguo oficio. Señalaron que: “Estos caminos no son patrimonio solo de los ganaderos, sino de todo el mundo”.

  

“Ganaderos. Especie en extinción” es una ponencia que Silvia Hernández leyó en Manzanares del Real en Madrid, dentro de unas jornadas sobre la Reserva de la Biosfera. Reunió a montañeros, biólogos, ecologistas y también ganaderos y agricultores. Allí estaban presentes, miembros de la Federación Vasca de Montaña como Luis Alejos y Txomin Uiriarte que interesados en divulgar la problemática de los últimos ganaderos trashumantes me pusieron en contacto con los hermanos Hernández.

En la Casa de la Palabra expresaron parte de sus ponencia. Estos son algunos de sus párrafos:

Nuestros abuelos eran ganaderos y agricultores, con pequeños trozos de tierra que les daban escasamente de comer. Después mis padres siguieron subsistiendo como buenamente pudieron, y ahora nosotros somos la ultima estirpe de una especie en extinción: El ganadero sin pazos, dehesas, ni cortijos, sin tierras, que desaparecen sin solución.

Vivimos en la cara norte de la sierra de Gredos, en la comarca de El Barco de Ávila, con frió y nieve en invierno y temperatura templadas en primavera y verano. Por eso, esta es la zona de ganaderos trashumantes. Desde tiempos inmemoriales los pastores, para alimentar nuestros rebaños, bajábamos a Extremadura en Otoño y volvíamos a subir en primavera a los frescos pastos de la sierra, todo por caminos y cañadas trazadas ya por las primeras comunidades primitivas de nómadas…

A las Administraciones no les interesa la trashumancia, ni la ganaderia, no sabemos bien porqué, aunque lo intuimos. Por ese empeño en que desaparezca nos ponen mil trabas, papeleos, burocracia, tasas, un rosario de ventanillas que hacen que pasemos más tiempo gestionando papeles que atendiendo a nuestro ganado, cerrandonos el paso entre comunidades, con leyes que mas de las veces se contradicen.

Si desaparece la trashumancia y la ganadería, esos pocos caminos que aún quedan libres se acabarán perdiendo. La falta de uso agrícola y ganadero los desligitima y eso lleva a la posterior apropiación del estado, que en muchos casos acaba privatizando, y un bien común pasa a ser de unos pocos privilegiados.

Estos caminos no son patrimonio solo de los ganaderos, sino de todo el mundo…

Llevamos años luchando contra los elementos, revindicando esos caminos para todos, y que la naturaleza sea tratada con respeto, lo único que hemos conseguido con nuestra lucha, siempre solitaria, es desesperanza, y que, al resultar molestos, se nos intente expulsar de nuestra granja, que hace unos años estaba a un kilómetro del pueblo, en un polígono ganadero que convirtieron en polígono industrial sin ni siquiera avisarnos…

No hemos venido aquí a llorar, sino a contar lo que está pasando con nuestros pueblos, sierras, caminos y bosques, y con el modo de vida tradicional y en armonía con la naturaleza que esta abocado a desaparecer.

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